El científico gallego Juan Calderón supo nada más despertarse en EE UU que sería un día especial. Desayunó con la noticia de que la red en la que trabaja, LIGO (Observatorio de ondas Gravitacionales por Interferometría Láser, por sus siglas en inglés), y el detector de ondas gravitacionales, había logrado el Premio Nobel de Física. "Es un orgullo saber que has puesto un pequeño grano de arena en esto. Supongo que es equivalente a cuando el Barcelona gana una Champions", sonrió en una conversación con FARO. Realmente y debido a la diferencia horaria con Europa, el joven había conocido la novedad por mensajes de amigos desde España, ya al amanecer.

Los científicos Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne recibieron el máximo galardón del saber en el campo de la Física por su "decisiva contribución a la observación de las ondas gravitacionales", según anunció la Real Academia Sueca de las Ciencias.

Y el físico gallego forma parte de ese proyecto. De hecho, y aunque no ha trabajado directamente con ninguno de los premiados, sí ha asistido a reuniones con ellos. Concretamente declaraba haberse sentido "sobrecogido" por 'Rai' --Rainer- Weiss. "Recuerdo una reunión que se hizo el año pasado aquí en Georgia Tech. Estaban casi todos los grandes líderes de LIGO y los miembros de nuestro grupo discutiendo sobre el futuro y los planes de la colaboración a largo plazo. Era absolutamente increíble ver cómo este señor, a sus creo que 84 años, era el que lideraba la mayoría de las discusiones y al que mucha gente dirigía sus principales dudas", reconoce.

Entrevistas y sesiones de fotos seguirían la mañana para el físico procedente de Silleda, Juan Calderón Bustillo (Santiago, 1988), en el Georgia Institute of Technology donde trabaja y es miembro de LIGO. Desde allí ha estado siguiendo el hito científico que ha logrado el Nobel, porque lleva más de un año estudiando los agujeros negros. La semana pasada ha publicado un artículo en una revista científica, precisamente sobre esta temática que ya había sido objeto de su tesis en la Universidad de las Islas Baleares: "Buscar la sinfonía completa de los agujeros negros".

"Esto [por el Premio Nobel] es siempre bueno, porque implicará una mayor atención a este campo y más inversión, lo que necesariamente se va a traducir en un mayor número de plazas de profesor en Astronomía de ondas gravitacionales", vaticinó tras preguntarle por su futuro profesional.

El centenar de científicos y detectores de LIGO "escucharon" por primera vez el 14 de septiembre de 2015 la primera onda gravitacional producida por el choque de dos agujeros negros 1.300 millones de años antes. Era la confirmación de que Einstein tenía razón. Y este hallazgo, según indica Caderón, abre una nueva ventana de observación al cosmos.

"Es abrir una ventana totalmente nueva al estudio del Universo; toda la Astrofísica que se ha hecho hasta ahora está basada en radiación electromagnética y esto es una fuente totalmente distinta". "Estamos empezando a escuchar el Universo, lo hemos oído ya cuatro veces", explicó el joven a FARO.

Uno de los científicos estadounidenses premiados, Kip S. Thorne, lamentó no poder compartir el galardón con cientos de científicos e ingenieros que hicieron posible detectar las ondas gravitacionales, hallazgo por el que fue galardonado junto a Rainer Weiss, Barry C. Barish. "El premio pertenece a los cientos de científicos e ingenieros de LIGO que construyeron y perfeccionaron nuestros complejos interferómetros de onda gravitatoria y los cientos de científicos de LIGO y Virgo que encontraron las señales de onda gravitacional en los ruidosos datos de LIGO y extrajeron la información de las ondas", aseguró.

"Me siento honrado y conmovido de recibir este premio", aseguró Barish por escrito. "La detección de las ondas gravitatorias es verdaderamente un triunfo de la moderna Física experimental a gran escala. Desde hace varias décadas, nuestros equipos de Caltech y MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) desarrollaron LIGO en un dispositivo increíblemente sensible que hizo el descubrimiento".

Por su parte, en lo que respecta al físico gallego integrado en LIGO, Juan Calderón avanza que seguirá en el proyecto al menos los dos años que le restan en Georgia Tech. "Me gustaría acabar de cerrar toda la investigación que vengo haciendo desde que entré en LIGO y ver si lleva a nuevos descubrimientos. A largo plazo no tengo nada muy definido, considero opciones tanto el mundo académico como el de empresa privada, ya sea en Norteamérica, en Europa o más concretamente en España", adelanta a FARO: