Se estima que existen unas 80 especies de cetáceos, mamíferos marinos que comprenden desde los delfines a orcas, pasando por ballenas y cachalotes, entre otros muchos. Se calcula que en España hay 16 especies que son comunes a sus costas, cifra que se reduce a diez en aguas gallegas. Diversos expertos han mostrado su "sorpresa" por el avistamiento de ejemplares que nunca antes habían sido vistos en las costas galaicas o que hacía décadas que no las visitaban. El caso de la ballena azul grabada en Ons días atrás o el registro de orcas en el Banco de Galicia (la cadena submarina situada frente a las rías y a 100 millas del litoral) así como la inminente visita de un grupo de estas aviva la idea de que algo está sucediendo.

"Por suerte, nos está sorprendiendo la alta biodiversidad que hay. La semana pasada aún hemos visto la ballena azul; hemos avistado numerosas especies que no sabíamos que nos visitaban", explica a FARO Bruno Díaz López, director del The Bottlenose Dolphin Research Institute (BDRI), con sede en O Grove. Desde este centro proceden las últimas imágenes de la ballena azul en Galicia.

"A partir de la próxima semana esperamos seguir con las salidas de observación para ver si podemos avistar el mismo ejemplar u otros, con el fin de conocer si ha abandonado la zona. Si se está alimentando puede seguir por aquí durante un tiempo, pero si se estaba desplazando, ahora mismo puede estar ya en Marruecos porque se mueve a una velocidad de 20 nudos [unos 37 kilómetros por hora]. Seguramente, en cuanto acabe de alimentarse, abandonará Galicia", señala el biólogo Díaz López.

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Orcas

Además de la ballena azul, otra especie ajena a esta costa y que últimamente está siendo avistada en el Banco de Galicia es la orca, que sí es asidua al Estrecho de Gibraltar, con unos 39 individuos. La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) ha conseguido en los últimos años grabar a varios ejemplares en los mares gallegos.

La explicación científica de la presencia de especies ajenas a estas costas se desconoce de momento. Desde Ecologistas en Acción, no obstante, señalan que el cambio climático está impactando en los mamíferos marinos. En su última investigación, "Cetáceos: los mamíferos más salados. Informe sobre las interacciones entre cetáceos actividades humanas" , publicado esta semana, señalan que "los calderones -tanto el común como el gris son habituales en aguas gallegas- parecen estar respondiendo al cambio climático alterando la distribución de sus poblaciones" al modificar sus migraciones.

Lo mismo puede estar afectando al rorcual común, la especie más social entre las ballenas, caracterizada también por vivir principalmente en aguas profundas. Sus vocalizaciones pueden ser escuchadas a miles de kilómetros del animal que las emite. Sin embargo, el tráfico de grandes buques está interfiriendo en las comunicaciones durante las migraciones de un animal presente con 10.263 individuos entre Galicia y el Cantábrico, según Ecologistas en Acción.

La variación de comida, por otra parte, parece estar detrás de un incremento en Galicia del delfín común. "Parece estar aumentando en aguas del noroeste peninsular y disminuyendo en el Golfo de Vera". En este último, apuntan, se ha constatado un declive de la población que "podría estar relacionado con una disminución de sus presas en el área", señala el informe de la ONG.

La portavoz de este colectivo Ana Aldarias aprovecha para señalar que no solo el ruido del tráfico marino o el empleo de sónares (usados en maniobras militares o prospecciones y convertidos en causa de varamientos masivos en determinadas especies) afectan a los mamíferos marinos. Otros problemas son la pesca (captura accidental por el uso de redes de deriva), la acuicultura -aunque un estudio del BDRI ha demostrado que las bateas gallegas proporcionan alimento a los arroaces (delfín mular) y que estos se han adaptado a ellas sin problemas-, las colisiones con embarcaciones, las basuras marinas, contaminación química, el turismo de avistamiento, la investigación, el cambio climático y los delfinarios.

Las relaciones entre las propias especies también están detrás de la explicación de la distribución de algunos animales en la costa gallega. Un estudio del BDRI presentado ayer en el X Congreso de la Sociedad Española de Cetáceos (SEC) en Valencia explica que las toniñas (marsopas) "entran en las rías gallegas pero evitando las zonas de los arroaces, porque existe una competición entre ambos. El arroaz es un animal robusto y fuerte. La toniña es un tipo de delfín pequeñito, asustadizo. El arroaz puede ser agresivo con ella por lo que la toniña tiende a evitarlo. Por eso, ellas esquivan las bateas donde ellos comen mucho", explica el biólogo Bruno Díaz.