Cierto miedo, mucha emoción... y un grado de felicidad difícil de explicar tras resbalar en una tabla sobre el mar por primera vez. Con los nervios a flor de piel, primero y muy felices, después, una veintena de jóvenes invidentes o con discapacidad visual 'surfearon' ayer en A Lanzada. Diez viajaron desde Irlanda, otros ocho de diferentes puntos de España -Murcia, Aragón, Madrid, Cataluña, Andalucía-, y junto a dos niñas de A Coruña y Vigo disfrutarán de cinco intensos días con un programa de la ONCE en el que el mar es uno de los platos fuertes. Surf adaptado y ruta en barco de visión submarina fueron los ingredientes con sabor a mar con los que se estrenaron ayer, pero prosiguen hasta el 15 de agosto, con talleres de música y cocina y una visita a Pontevedra. También visitaron la Illa da Toxa y la villa de Combarro.

En el barco contaron con guías en inglés y láminas en relieve preparadas por el centro de recursos educativos de Pontevedra para ilustrar táctilmente ejemplos de fauna y entorno geográfico, y elementos tridimensionales que fueron preparados por los guías de la compañía de cruceros. Los jóvenes con discapacidad visual pudieron también tocar moluscos. "Es una actividad que disfrutan y están entendiendo muy bien, sobre todo en aspectos de equilibrio y orientación", aseguró el director del centro de recursos educativos de la ONCE en Pontevedra, José Ángel Abraldes, tras la actividad en Sanxenxo, impartida por Mision Surf School. Se trata de la primera edición de este intercambio cultural y de idiomas que realizan con "National Council for the Blind Ireland" y que tendrá su continuación en Irlanda, entre los días 25 y 31 de marzo del próximo año. Los jóvenes cuentan con la supervisión y apoyo de seis monitores, cuatro de ellos llegados desde Irlanda. "Hoy es un día para que se conozcan y lo pasen bien", resumió Abraldes ante el amplio programa de actividades que les aguardan aún.

Por ejemplo, hoy celebrarán una actividad gastronómica, cuyo objetivo es que los chicos ciegos pongan en práctica habilidades culinarias y de autonomía personal, cocinando comidas típicas de Irlanda y Galicia.

La música también será un elemento de unión entre los jóvenes, que participarán en dos talleres musicales dirigidos a analizar las similitudes entre la gaita gallega y la irlandesa y practicar con instrumentos de percusión ritmos tradicionales gallegos. Estas actividades serán dirigidas por el gaiteiro pontevedrés Oscar Ibáñez García y por la gaiteira, acordeonista y percusionista Sonsoles Martínez. Y debido a la estrecha relación que este encuentro de jóvenes ciegos tiene con la música, compusieron una canción de recuerdo de la convivencia titulada "And the present that is here",en la que varios músicos colaboraron de forma desinteresada.