Jordi Ludevid i Anglada, barcelonés y arquitecto, es el presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y presidente de la Unión Profesional, una confederación de actividades que agrupa a un millón y medio de profesionales.
-¿La crisis se cargó a los arquitectos?
-La renta media profesional se sitúa ahora en unos 22.000 euros por arquitecto y año. Desde el año 2007, cuando comenzaron las dificultades, se derrumbó el noventa por ciento de la facturación profesional.
-¿Y cómo sacar cabeza?
-Se está notando un ligero repunte pero partimos de muy abajo. Está claro que nunca vamos a llegar a los niveles anteriores a la crisis económica. Hay que ser realistas: aspiramos a alcanzar un tercio de lo que había.
-Las minutas, por los suelos.
-Los arquitectos españoles cobramos la mitad que en Europa por hacerlo igual de bien, y no sabemos cómo cambiar esto. Se exige calidad pero también se debería exigir cobrar de forma digna. La impresión que tenemos es que los arquitectos hemos pagado un poco la fiesta que otros celebraron.
-Ustedes eran auténtica élite académica y profesional.
-Cuando yo acabé la carrera en Manresa éramos diez arquitectos. Ahora hay unos doscientos. Las profesiones, no solo esta, explosionaron, se hicieron masivas y ya no valen los paradigmas que han disfrutado algunos profesionales hoy ya jubilados. Somos 70.000 arquitectos en España.
-¿Cuántos en paro?
-El problema es que muchos se han ido al extranjero a buscarse la vida. Nos encontramos arquitectos españoles en cualquier parte del mundo, entre otras cosas porque aquí se da una formación tecnológica que es única en Europa y que capacita para trabajar con instalaciones y con estructuras.
-¿Un arquitecto un poco ingeniero?
-Bueno, yo no lo digo así porque se corre el riesgo de que se líe, pero sí. En todo caso la formación siempre ha sido muy buena.
-¿Cuántas escuelas de arquitectura hay en España?
-Treinta y tres. Muchas. Para hacerse una idea: en Suiza, que son en torno a los diez millones de habitantes, hay tres escuelas de arquitectura.
-¿Por dónde irán los destinos de la profesión?
-Está claro que no hay un solo mensaje en el que nos podamos reconocer 70.000 profesionales. Salvo quizá uno: la idea de habitabilidad. Las previsiones nos indican que en el año 2050 un 70% de los habitantes del planeta vivirán en ciudades. El reto es hacerlas más habitables, más eficientes y sostenibles. La habitabilidad es la razón de ser del arquitecto, porque además ya no se trata tanto de crecer como de reciclar y rehabilitar. Nunca todo el mundo tendrá una vivienda nueva.
-¿Un edificio contemporáneo español para enmarcar?
-Ya que hablamos de Madrid... El del BBVA de Sáenz de Oiza. Hay acuerdo nacional, una obra redonda que sí pone a Madrid en el mapa de la arquitectura. Te plantas enfrente de ese edificio y es como si escucharas una sinfonía de Mozart.
-¿Veremos terminada algún día la Sagrada Familia?
-Yo creo que sí porque ahora las obras van a toda velocidad. Las visitas pagan el 90% de los trabajos.
-¿Y usted qué opina?
-A mí es una obra que me alucina. Ya sabe que en Cataluña hay división de opiniones al respecto, una polémica muy severa, y los que están en contra alegan entre otras cosas que no es en sentido estricto una obra de Gaudí.
