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"El nuevo hospital vigués precisa tecnología a la altura de la mayor ciudad de Galicia"

El ingeniero trabaja en la empresa puntera de innovación médica Brainlab, en Múnich

el equipo de TAC intraoperatorio que desarrolla su empresa, Brainlab, en Múnich.

Una visita con su abuelo a las Urgencias del Xeral le despertó la curiosidad por el papel de la ingeniería en el ámbito sanitario y acabó trabajando en Múnich en una de las empresas de tecnología médica más punteras del mundo, con más de 5.000 equipos instalados en hospitales de 95 países. "Te sientes realizado cuando ves cómo operan a un paciente con un dispositivo diseñado por ti. Es muy motivador", destaca José Ramón (Vigo, 1985).

Ingeniero Industrial por Barcelona, realizó su proyecto fin de carrera en la Twente Universitet, en Holanda, donde participó en el estudio de un exoesqueleto para ayudar a recuperar la movilidad de pacientes tras un ictus. Su primera experiencia laboral en el sector fue en la empresa Karl Storz, en Tuttlingen, y desde hace tres años y medio trabaja en la sede central de Brainlab, en Múnich, donde se diseña software especializado, neuronavegadores o avanzados equipos de radioterapia.

Pertenece al departamento de instrumentos quirúrgicos y está acostumbrado a visitar quirófanos de Alemania, Austria y Suiza para conocer las "necesidades y expectativas" de los cirujanos y optimizar su forma de trabajar y los resultados. "La mejor manera de aprender sobre medicina es ir a las operaciones y ver los procedimientos que se ponen en práctica para mejorarlos", señala José Ramón, que actualmente también cursa un máster de Innovación en la Universidad Técnica de Múnich (UTM).

El primer diseño propio que vio en manos de un médico fue una aguja de acceso pedicular para intervenciones de columna que actualmente se utiliza en hospitales de Barcelona o Madrid. También ha creado dispositivos para neurocirugía y operaciones de cadera y uno de los más recientes se emplea para solucionar hernias discales, entre otras patologías.

"El campo médico es uno de los mercados con más potencial y expectativas de crecimiento. En un quirófano hay muchísima innovación", destaca José Ramón, que confía en que el nuevo complejo Álvaro Cunqueiro también apueste por ella. "Vigo necesita una renovación profunda de sus salas de operaciones. El nuevo hospital precisa tecnología a la altura de la mayor ciudad de Galicia. Lo que no es positivo es la pelea entre el Concello y Xunta. ¿Quién gana?", se pregunta.

Brainlab ya participa en el concurso para dotar al edificio de un sistema de navegación en cirugía de otorrinolaringología, pero el ingeniero vigués urge la adquisición de un TAC intraoperatorio como el que le valió a su empresa uno de los tres prestigiosos premios de diseño Red Dot Award que posee.

"Esta tecnología permite escanear la zona intervenida tras la resección de un tumor o la colocación de un implante y comprobar si todo ha ido correctamente. Evita que el paciente tenga que volver a pasar por el quirófano, ya que ahora el TAC se realiza días después. En Alemania o Austria es un equipamiento estándar en hospitales públicos del mismo tamaño que el de Vigo. Y no solo es mejor para el enfermo, sino que contribuye a hacer más eficiente el sistema. Es una de las cosas que hacen falta ya", subraya.

José Ramón reivindica la preparación de los médicos españoles -"Acudo a simposios de cirujanos y están a la altura de los mejores del mundo"- y el talento empresarial. Pero falla la apuesta pública y la capacidad de atraer la inversión privada. "En el máster hemos hablado sobre una idea innovadora viguesa, Quiroo, para digitalizar los historiales médicos. Es un ejemplo del potencial que tenemos", destaca.

"Lo que nos falta es creérnoslo y remar todos en la misma dirección como hacen los alemanes. Yo diría que no es tanto una cuestión de recursos, sino de prioridades. Si el dinero del Gaiás se hubiese aplicado a I+D hoy tendríamos un tejido sostenible", lamenta.

Para él, el sistema sanitario español está "muy anticuado" y destaca su complejidad y la dificultad para comunicarse entre autonomías. "Funcionan como distintos países. También en Alemania la sanidad universal es un problema y no todo funciona a la perfección, pero no hay apenas paro y pagamos el doble de impuestos para poder sostenerla", reconoce.

"La modernización del sistema con tecnología puntera lo hace menos costoso. Requiere una inversión inicial importante pero es más rentable a largo plazo. Aquí se piensa en la sostenibilidad, no como en España, donde se acaba el mundo cada 4 años", critica. Aun así, es optimista: "Hemos mejorado mucho y tengo muchas esperanzas".

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