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Alumnos de una escuela de cocina en unas jornadas sobre las legumbres. // Javier de la Fuente

Nuevas claves en alimentación saludable

Proteínas vegetales, el alimento del futuro

Más de 120 científicos y nutricionistas analizan esta semana en Pontevedra las ventajas del cultivo y consumo de estos alimentos -Advierten de que están infravalorados

Las lentejas, los garbanzos y las alubias, fuentes indiscutibles de proteínas vegetales, así como otros alimentos como la soja o el cacahuete y otros menos conocidos como los pseudocereales -entre los que destacan la quinoa y el amaranto- tienen mucho que aportar a la alimentación del futuro. Además de sus interesantes características nutricionales y su capacidad de protección frente a algunas enfermedades, el cultivo de estos alimentos contribuye al enriquecimiento del suelo en compuestos de nitrógeno, lo que limita el uso de abonos y reduce la emisión de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, Europa los ha ido dejando de lado y en estos momentos su consumo y su cultivo son insuficientes. Con el objetivo de devolverles el valor que tienen en nuestra alimentación, más de 120 científicos y especialistas en nutrición de 30 países abordarán desde mañana y hasta el jueves en Pontevedra, desde una perspectiva interdisciplinar, el déficit de proteínas vegetales en Europa y propondrán acciones para su fomento.

Este simposio internacional que tiene como lema "Plant proteins for the future" (Proteínas vegetales para el futuro) está organizado por la European Associaction for Research on Plant Breeding (EUCARPIA), una organización internacional fundada en 1956 en los Países Bajos e integrada por más de 1500 miembros de Europa, América, África, Australia y Asia cuyo fin es promocionar la cooperación científica y técnica en el cultivo y mejora genética de plantas. Junto a ellos participan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Asociación Española de Leguminosas (AEL), entidad sin ánimo de lucro cuyo fin es contribuir a la coordinación de la investigación con el sector agrícola español en el ámbito de las leguminosas.

El científico Ángel Carracedo, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, impartirá la conferencia inaugural del simposio. "La genética vegetal supuso un gran avance para el campo de la ciencia como base para la posterior investigación del genoma humano, un campo cada vez más estudiado en el mercado de la farmacéutica y la medicina", destaca Carracedo. El investigador señala además que la proteína vegetal "sí afecta a la genética humana", aunque reconoce que se trata de "una ciencia aún sin desarrollar en profundidad".

La idea de celebrar este simposio arranca a finales del 2013, cuando el CSIC comenzó a liderar el grupo de trabajo de EUCARPIA dedicado a los cultivos proteicos. "Este grupo, integrado por más de 300 científicos de diferentes países, tiene como objetivo la búsqueda de colaboraciones para promover las investigaciones sobre los cultivos proteicos y enfocarlas, sobre todo, a sus propiedades nutricionales y efectos beneficiosos para la salud y el medio ambiente; de ahí que la celebración periódica de simposios donde se reúnan todas las partes implicadas sea fundamental", explica Antonio De Ron, profesor de investigación del CSIC en la MBG y jefe del citado grupo de trabajo.

El simposio tiene como objetivo que la comunidad científica con líneas de investigación en torno a los cultivos proteicos presenten los resultados de sus últimas investigaciones al respecto; que los mejoradores de plantas y que los especialistas en nutrición discutan los beneficios de la proteína vegetal, tanto para la alimentación humana como animal.

El programa científico ofrecerá más de 50 comunicaciones alrededor de la biodiversidad, la mejora genética de la calidad, mejora molecular para el contenido de proteína de semilla, biología reproductiva y los usos finales de la proteína vegetal en la alimentación humana y animal.

Antonio De Ron: "Ya tenemos evidencias de que su consumo protege frente a enfermedades"

  • Antonio De Ron, profesor de investigación del CSIC, y director científico del simposio destaca que algunos estudios ya han confirmado que el consumo de proteínas vegetales "contribuye a la reducción de grasa corporal, y están empezando a conocerse evidencias acerca de la protección frente a determinadas enfermedades". En esa línea, indica De Ron, "tenemos que seguir avanzando, con un esfuerzo multinacional".Por otra parte, el científico recuerda los beneficios para el medio ambiente que supone el cultivo de estos alimentos. "Además de las interesantes características nutricionales de estas proteínas, su cultivo contribuye al enriquecimiento del suelo en compuestos de nitrógeno, lo que limita el uso de abonos y reduce la emisión de gases de efecto invernadero".En el grupo de los cultivos proteicos se incluyen algunos tan conocidos como la soja, cacahuete, judías y guisantes, y otros menos conocidos e infrautilizados tanto para consumo humano como animal como los altramuces y los pseudocereales (quinoa y amaranto)."Debido al contenido de proteína de sus semillas, legumbres, cereales, pseudocereales y otros cultivos menores son candidatos atractivos para la reducción del déficit en la producción de proteína vegetal en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su valor, muchos de ellos todavía no han sido evaluados adecuadamente y muchas especies están siendo subutilizadas", advierte De Ron.

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