La adaptación a un lenguaje multicultural y, sobre todo, que apele a la actualidad, de películas estrenadas hace un tiempo parece que va a ser una norma en los estudios de Hollywood. En una sociedad que ya no es capaz de recordar el tweet que mandó ayer, lo mejor es traer al presente a todas aquellas obras que se piensan olvidadas, como "Annie", el musical de éxito del escritor Thomas Meehan que ya fue adaptado al cine en otras ocasiones. Will Gluck se adentra en el texto con el mundo afroamericano en la cabeza y le sale una cosa informe: nunca acaba su "Annie" de cuajar porque se le olvida que está rodando un musical.

Todo son cortes de edición y vueltas sobre el texto original, que dejan al conjunto sin la gracia y el encanto de las adaptaciones previas. Salvo en el caso de la protagonista, Quvenzhané Wallis, al resto del reparto se le nota perdido, como dentro de una premisa políticamente correcta que, suele ocurrir, se ha llevado todo lo bueno por delante.