Juan Echanove (Madrid, 1961) es uno de los actores más representativos españoles. Cine, teatro y televisión se turnan enun currículum plagado de éxitos. Ahora recorre España con la obra "Conversaciones con mamá", que le lleva a compartir escenario con María Galiana, también compañera en la serie televisiva "Cuéntame". Echanove repasa en este montaje teatral las consecuencias de la crisis económica en las familias.

-¿Su último montaje teatral, "Conversaciones con mamá", es un homenaje a esos padres que ayudan en tiempos de crisis?

-La sociedad está recurriendo a la gente mayor para que le saque las castañas del fuego en situaciones complicadas y de crisis. El protagonista de la obra vive en una situación de consumo exagerado y por encima de sus posibilidades y de repente se queda sin trabajo. Su vida está basada en las apariencias y para no perder su calidad de vida le pide a su madre que se vaya a vivir con su familia y que venda la casa. Pero ella se niega. A partir de ese momento, ambos personajes pondrán sobre la mesa una serie de valores sobre los que reflexionar.

-¿Son los mayores los más perjudicados por el sistema?

-No necesariamente. En estos años los más perjudicados son los que ni siquiera tienen familia. Si hay una cosa que me llama la atención, es que, a veces, no somos conscientes de que las personas mayores siguen teniendo sus ilusiones y pasiones. No basta con llamarles por teléfono para saber cómo están sino que hay que estar más implicados y relacionados con sus vidas.

-¿Somos corresponsables del desastre económico o tiene usted claro quiénes son los culpables?

-A los 53 años tengo claro que empiezo a dudar de que tengo claro algo. Sí creo que hay gente más responsable que otra, y que algunos deberían pagar por ello. Por desconocimiento, despreocupación y porque nos lo han metido por los ojos, es cierto que hemos vivido de espaldas a la realidad y no hemos sabido ver que esto iba a pasar. Es más, en los últimos 15 años, lo que decían todos los prescriptores es que si no te comprabas una casa o no te cambiabas de coche estabas yendo en contra del progreso de tu país. De todo esto, los ciudadanos debemos extraer como conclusión que hemos de proteger nuestra vida y lo que tenemos para que no vuelvan a cometer los crímenes que han cometido. Lo que quiero decir es que la democracia se hace vigilando el voto, se construye siendo conscientes del país que uno quiere tener. No vale únicamente con sacar el pañuelo desde el tendido.

-España crea empleo en 2014 por primera vez en los últimos siete años. Igual su personaje encontraba trabajo.

-Es una buena noticia que mejoren esos datos pero la verdad es que no sé si estamos en un punto de partida. Todo está sufriendo una transformación enorme. No acabo de ver a nadie que pueda comunicarle a los ciudadanos en qué se va a convertir la vida. Con nadie me refiero desde el PP a Podemos. No acierto a imaginar el sistema o el modo de vida que nos espera y los políticos que hay ahora juegan a vivir de los restos. No veo a nadie que realmente diga esto va a cambiar así. Nadie tiene un discurso de presente o de futuro. Estamos escasos de pensadores, de grandes hombres de estado capaces de ver el mundo sin uno mismo. La única persona que veo centrada y coherente es al papa Francisco. Y eso es mucho decir para mí, que no tengo creencias religiosas.

-María Galiana ya ha sido su madre en la ficción. ¿Por eso la ha escogido?

-Aquellos papeles fueron testimoniales. En Cuéntame también hemos trabajado juntos, pero en realidad hemos coincidido poco en escena. En realidad, lo que nos une es una fuerte amistad. Ella me vino a ver a una función de teatro y me dijo que quería trabajar conmigo. Y buscamos el texto. María no es una actriz que tira de recurso técnico. Su fuerza es que trabaja desde la verdad y de una fuerte profundidad. Yo creo que al final el espectador nos ve como una madre y un hijo reales y se identifica con los personajes.

-Y, ¿qué tipo de padre es usted?

-Intento ser cada día un poco mejor. Procuro progresar adecuadamente.

-¿Alguna vez ha vivido un momento en que la apariencia haya tomado fuerza en su vida o en su profesión?

-Puede ser, llevo muchos años en esto. Pero no de una forma general. A lo mejor el exceso de celo de no caer en apariencias me ha hecho parecer incluso pesado. Me han pedido en ocasiones que me relaje y disfrute un poco en ese aspecto.

-Elija u ordene: ¿gastronomía o teatro?

-Teatro. El teatro es un continuo viaje en el que te pasas la vida fuera de casa. Y, por eso, otra de las cosas que conoces es la gastronomía.

-¿Es un acierto que Cuéntame mantenga una línea contenida en lo ideológico?

-El éxito de la permanencia y audiencia de la serie se debe a que a los de derechas la serie les parece de izquierdas, y a los de izquierdas, de derechas. La serie se cuenta desde un punto equidistante parecido a lo que vivieron los españoles desde el año 78.

-¿Cómo contaría usted la historia de este país?

-No lo sé, pero quizá haría hincapié en cosas distintas. Como actor siempre me he enfrentado a los personajes dejando de lado mi propia ideología.

-¿Qué tiene usted de divo?

-A lo mejor tengo alguna manía y tengo días en que estoy cruzado, como todo el mundo, pero me siento muy alejado de eso.

-¿Dónde están todos los hombres o animales que ha sido?

-Hay una cosa que se llama currículum. Y lo que fueron dos líneas e intentabas rellenar con cualquier curso, a día de hoy intentas resumirlo. Da miedo mirar todo lo que has hecho. Cuando estás en la madurez, has de pensar más y correr menos.

-¿Qué actor haría bien de usted?

-(Risas) No lo sé. Que al menos me llamen a mí para el casting.