La escuela lacaniana, una de las que más adeptos tiene en Galicia, entró en la Comunidad a finales de los años 70 y actualmente cuenta con grupos importantes en Vigo y A Coruña,. Mantienen las teorías del psiquiatra y psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981) vivas a través de foros, seminarios, mesas y conferencias tanto en Galicia como en el resto de España y fuera. A esta escuela pertenece la Asociación Psicoanalítica de Galicia, que actualmente preside Cora Aguerre y cuenta con una veintena de miembros. Fue fundada en el año 2004 y nació a partir del recorrido en el ámbito del estudio, la transmisión y la investigación de la teoría y de la clínica psicoanalítica en un espacio denominado "Estudios Psicoanalíticos de Galicia". "A partir de la existencia de este grupo de trabajo surgió el deseo de crear una Asociación Psicoanalítica de ámbito gallego que permitiera consolidarnos como comunidad y ampliar nuestro horizonte de trabajo, estudio e investigación", explica Aguerre. "Nuestras actividades están auspiciadas por la Federación de Foros del Campo Lacaniano en España y trabajamos en red con otros colegios de España y a nivel internacional, en congresos en Europa y Latinoamérica", añade.
En Galicia tiene también una actividad constante la Asociación de Psicoanálisis Aplicado Gradiva, que surge "como una forma de contribuir a un mayor y más profundo saber y difusión del psicoanálisis, velando por el continuo compromiso con la ciencia y con la realidad social", apunta Eugenio Cornide, presidente honorario, que puso en marcha la asociación en 1997 junto a Blanca Martínez, Lourdes Lantes y Javier Crespán.
A pesar de la incesante actividad que el psicoanálisis tiene en Galicia y en otras ciudades españolas, y mucho más aún en otros países como Francia y Argentina, en el entorno académico está en declive. "En España está muy consolidado pero no en los circuitos universitarios, los planes de estudio no lo incluyen como asignatura y se les explica a los alumnos de forma muy somera", lamenta la psicoanalista Camila Vidal. La falta de datos empíricos en este tipo de tratamientos es una de las razones.
