La popularidad, vistosidad y tradición de las alfombras ponteareanas, que cada año atraen a miles de personas a la villa del Tea, no restó afluencia, sin embargo, a las procesiones del Corpus que con el mismo entusiasmo y buen hacer tuvieron lugar ayer en la ciudad de Vigo y su área, cuyos fieles se lanzaron de forma masiva a las calles para celebrar la festividad litúrgica del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

En la ciudad olívica, los actos religiosos centrales fueron vespertinos y menos vistosos de lo previsto debido a la lluvia que cayó incesanto durante la tarde y que impidió la salida de la procesión, en la que habitualmente se saca un paso con la artística custodia de la Adoración Nocturna, una pieza de orfebrería de 80 kilos de plata.

Lo que sí se celebró, con la asistencia de cientos de fieles, fue una misa en la concatedral de Santa María. La eucaristía estuvo presidida por el obispo, Luis Quinteiro Fiuza, y en ella participaron los miembros del Cabildo catedralicio y algunos sacerdotes.

Monseñor Quinteiro Fiuza presidió también la eucaristía de la mañana en la catedral de Tui. Antes de comenzar el oficio religioso, contempló junto a numerosas personas las obras de arte que un grupo de voluntarias había plasmado en cuatro tapices florales elaborados durante la noche, previo trabajo de semanas preparando el material vegetal.

La plaza de San Fernando lució el símbolo del día, una paloma con las alas extendidas en representación del Espíritu Santo. En el pórtico catedralicio lució un cáliz en el dibujo de la alfombra, mientras que otra de gran tamaño se elaboró frente al Concello con el escudo de Tui. Por su belleza, fue destacable la figura de San Telmo que se reprodujo frente a la entrada del claustro. Quedó en exposición hasta que la lluvia de la tarde la fue deshaciendo. Como contó una de sus autoras, Maribel Pérez, se utilizó "serrín para el hábito del santo, mientras que el manto y los pliegues se dibujaron con corteza de pino. Para perfilar mejor las facciones de la cara utilizamos pan rallado".

En la villa de A Guarda numeroso público recorrió las calles para contemplar el trabajo de muchos meses, reflejado en alfombras con predominio de motivos florales en casi todos los diseños. La lluvia de la noche destruyó por completo la hecha con sal en la ribera, lo que muchos lamentaron debido al gran trabajo que supone el teñido a mano.

Un enorme sol destacó en la curva de San Benito como dibujo principal de la enorme alfrombra. La Praza do Reló es uno de los lugares más visitados. Niños y niñas con sus trajes de Primera Comunión contemplaron la enorme alegoría floral antes de la procesión, con niñas vestidas de angelitos de alas suaves, formando parte de la escena que se repite cada año, gracias al trabajo voluntario de numerosas personas que ofrecen esta labor para embellecer el día del Santísimo.

La tradición de las alfombras florales también cuenta con gran arraigo en Gondomar, donde cientos de personas se afanaron de madrugada en confeccionar los vistosos tapices, que cubrieron una superficie total de 700 metros cuadrados con motivos florales, geométricos, infantiles e incluso con referencias a efemérides locales como el 400 aniversario del Gondomar C.F.

Pero si alguna particularidad tiene el enmoquetado vegetal gondomareño de Corpus es que cada año desafía a la gravedad cubriendo por completo los 40 peldaños de la escalinata de acceso al templo de San Benito, donde a mediodía tuvo lugar la misa solemne, en la que varios niños de la localidad tomaron la Primera Comunión.

La Agrupación Musical de Vincios acompañó a la procesión gondomareña, que arrancó de la iglesia parroquial a las 12.45 horas y fue seguida por cientos de personas en su recorrido por las calles del casco urbano.