ÁGATHA DE SANTOS | VIGO

El debut del vigués Fran Araújo como director, El Rayo, que codirige junto al ilicitano Ernesto de Nova, no podía estar siendo mejor. En el III Festival Primavera do Cine de Vigo, cuyo jurado es el público, se hizo con el premio al mejor largometraje, un galardón que se suma a los obtenidos en el Festival de Cine de Alicante y al Festival de Nuevo Cine de Casares (Málaga), entre otros, ya que la cinta atesora ya una decena de reconocimientos.

-¿Los premios abren puertas en momentos de crisis?

-Los premios están muy bien porque te sirven para ser escuchado y que más gente vaya a ver la película, pero mejor aún es el recorrido internacional que está teniendo y la reacción del público en cada pase. Hemos estado en Dubái, Nantes, Guadalajara (México)... Ahora vamos a estar en Edimburgo, después en París... Los premios están muy bien pero el ser seleccionada para certámenes de esta categoría y que se vea fuera es lo que da valor a la película.

-Aunque la película ya suma una decena de premios, ¿el ganado en casa tiene un sabor especial?

-Para mí sí, por eso, porque lo hemos ganado en mi ciudad y porque además nos lo ha dado el público del festival. Que una ciudad como Vigo tenga un festival de cine es muy importante para el cine gallego, y Vigo, una ciudad tan importante y con una gran tradición cultural, especialmente musical, se merece tener un festival de cine como este, que permite además ver un tipo de cine que no se pasa en las salas comerciales.

-¿Cómo nace esta historia?

-Esta película cuenta la historia de Hassan, un emigrante marroquí que arriesgó su vida por venir a España a trabajar y que unos años después, al no encontrar trabajo, decide regresar. Pero no puede hacerlo con las manos vacías porque eso sería deshonroso. Así que decide comprar un tractor, y se lo compra a la tía de Ernesto. Seguir a Hassan en su viaje de regreso y contar su historia nos pareció fascinante, así que decidimos hacer el viaje hasta Marruecos con él.

-¿Dónde arranca este viaje?

-En Cazor, una localidad manchega a 15 kilómetros de donde empieza el Quijote. Y es curioso, porque Hassan tiene mucho de quijotesco: lo dio todo por venir a trabajar a España y para volver, también. Es un luchador que ahora trabaja la tierra en su país con "Rayo".

-¿Quién le puso el nombre?

-Un amigo de Hassan, y no precisamente porque corra mucho. Imagínese el viaje hasta Marruecos siguiendo al tractor. Tardamos cuatro semanas y tuvimos algunos problemas, sobre todo en la aduana, para pasar el tractor, pero fue un viaje muy intenso para nosotros.

-Esta una película sin actores. ¿Qué es lo más complicado de dirigir a personas que no tienen experiencia en la interpretación?

-Sin duda lo más difícil es conseguir que se comporten con naturalidad delante de las cámaras y que estas no les intimiden para que la historia sea y parezca real.

-Usted trabaja en Madrid. ¿Hay que salir fuera de Galicia para trabajar en el cine?

-Sí y no. En Galicia se están haciendo cosas muy interesantes, pero en Madrid y Barcelona se concentra la industria cinematográfica, por los que lo tienes más fácil.