La plaga de medusas venenosas carabela portuguesa regresa a la costa gallega casi un año después de su última visita. Miles de ejemplares cubrieron ayer la orilla del mar en la playa nigranense de Patos, muy conocida en el mundo del surf, e impidieron la actividad de los aficionados a la tabla. Esta no fue su única incursión en el litoral pontevedrés. El biólogo de la Coordenadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA), Alfredo López, asegura que se ha detectado su presencia durante la última semana en otros puntos, como en Oia y O Grove.

Monitores de la Prado Surf Escola, que desarrolla su actividad en el mencionado arenal de Patos, se percataron ayer de la llegada de las carabelas portuguesas poco antes de las cinco de la tarde, cuando se preparaban para impartir una clase a los alumnos. Enseguida suspendieron la actividad y alertaron al servicio de emergencias 112 ante la sospecha de que se tratase de la peligrosa especie.

Sus picaduras resultan muy dolorosas y, en ocasiones, "pueden ser mortales", según asegura el experto Alfredo López, quien aconseja "no tocarlas bajo ningún concepto" para evitar daños graves al organismo, especialmente en personas alérgicas.

Recogida

Una patrulla de la Policía Local de Nigrán se presentó en la playa para evitar que los surfistas se acercasen al agua, donde también flotaban numerosos ejemplares, y se alejasen de la orilla. Los agentes colaboraron con los profesores de surf en la recogida de medusas con el fin de evitar cualquier contacto con personas que acudiesen a dar un paseo por la arena.

La carabela portuguesa, conocida también como agua mala o botella azul, no es en realidad una medusa. Aunque presenta un aspecto y comportamiento muy similares, se trata de un hidrozoo sifónoro, cuyo nombre científico es el de physalia physalis. Presenta un color azulado y una franja roja a lo largo del cuerpo. Su tamaño es variable.

Según explica Alfredo López, se trata de una especie que habita en aguas cálidas, como las regiones tropicales y subtropicales y en los océanos Pacífico e Índico. Su llegada a Galicia se debe a las fuertes corrientes ocasionadas por las sucesivas ciclogénesis que han asolado la comunidad en las últimas semanas y que las han arrastrado.

El "asalto" a la playa de Patos se produjo ayer sin apenas incidencias. Una de las monitoras de la Prado Surf Escola sufrió una picadura cerca de un ojo sin mayores consecuencias, dado que el ejemplar que la atacó "era muy pequeño", según explicó ayer Lorena Vilán, responsable de la Prado Surf Escola, que suspendió ayer su actividad y prevé retomarla el jueves "siempre que esté permitido".

Medidas de seguridad

Habrá que esperar a la jornada de hoy para que las administraciones local o autonómica determinen las medidas de seguridad a tomar con el fin de prevenir cualquier incidente.

No es la primera vez que esta plaga se acerca a la comunidad gallega. El pasado mes de abril fueron numerosas las playas cerradas al baño a causa de su llegada. Las alertas permanecieron activas varios días en la ría de Arousa, en localidades turísticas como Sanxenxo, y en el litoral de la península de O Morrazo.

A Vigo también se aproximaron numerosos ejemplares, avistados en la ría por parte de buceadores.

Varios ayuntamientos afectados colocaron paneles informativos a lo largo de sus arenales para evitar que los bañistas tomasen contacto con la physalia physalis.