Detroit, la ciudad mundial del motor, la cuna del sonido Motown, es insolvente. La capital del estado de Michigan declaró ayer la mayor bancarrota municipal de la historia estadounidense tras ser incapaz de hacer frente a la situación, tras un decenio de deuda creciente y la emigración de sus habitantes por la profunda crisis industrial que atraviesa.

Kevin Orr, nombrado por el Estado gestor externo de la ciudad, se encargó de pedir la protección por quiebra bajo la ley de bancarrotas de EE UU. La pelota está ahora en el campo de la justicia, que debe decidir si acepta la petición de suspensión de pagos y la reestructuración de la deuda, que alcanza los 18.500 millones de dólares (14.000 millones de euros), de la que los bancos ya habían acordado con Orr una quita de hasta el 75%, según el diario "Detroit News".

Rick Snyder, gobernador de Michigan, dijo que necesitaban que "la ciudad más grande del Estado esté sana y sea fuerte", cuando expuso los motivos que han obligado a dar este díficil paso para la economia de la urbe. Snyder cree que "arreglar las finanzas ayudará a invertir en áreas claves para mejorar la calidad de vida de los vecinos e incentivar el crecimiento".

La ciudad de las "tres grandes" del motor estadounidense (General Motors, Ford y Chrysler) no ha podido sobrevivir a la última caída de la industria automotriz, un proceso que empezó con la manida globalización y que supuso la deslocalización de las empresas americanas que buscaban lugares donde la mano de obra fuera más barata.

El estado de la cuentas de la ciudad es un reflejo de lo que pasa en sus calles. Detroit es una urbe en profunda depresión. La que fuera cuarta metrópoli de EE UU, en los años 50, durante la época feliz del "american way of life", ocupa ahora el decimo octavo lugar. Con 700.000 habitantes, no alcanza ni la mitad de la población que tenía cuando era el símbolo del poder industrial estadounidense.

En los últimos 13 años, la urbe ha perdido una cuarta parte de sus habitantes, con areas convertidas en barrios fantasmas. La policía tarda casi una hora en responder a las llamadas de sus ciudadanos, frente a los 11 minutos de media nacional. La mitad de las propiedades no pagan a tiempo los impuestos municipales y el paro es el triple que hace ua década.

La declaración de la suspensión de pagos intentará proteger al municipio de los cerca de 100.000 acreedores que lo acosan. Tras la quiebra, la reestructuración de la deuda de la ciudad será supervisada por un juez y ahora está por ver qué y cuánto se paga, y si se garantizaran los servicios básicos al ciudadano, como policía, bomberos y limpieza. Esta previsible caída de los gastos municipales ha desencadenado una ola de críticas y peticiones para que la que fuera una de las capitales más boyantes del mundo venda las muestras de su antiguo esplendor, sus colecciones de arte o sus edificios emblemáticos.

La cuna del sonido Motown entona ahora "Money, that´s what I want" (´Dinero, eso es lo que quiero´). La canción de Barret Strong, que fue el primer gran éxito de la discográfica, le viene de perlas a Detroit para encarar el complicado futuro que se le avecina.