¿Qué puede llevar a un norteamericano cuyo violín ha sonado en el Carnegie Hall a residir en Kabul, Afganistán? La propia música y el deseo de que esta sea un puente hacia la paz y la cultura para todos. Desde el año 2010, William Harvey habita en esta ciudad dirigiendo el Instituto de la Música Nacional de Afganistán donde imparte clases de violín y viola. Allí, también dirige la única orquesta del país: la Joven Orquesta Afgana. Del día 18 al 21 de abril, visitará tierras gallegas invitado por Cristina Pato al programa formativo Galician Connection que el día 20 incluirá un concierto en Compostela de Harvey, Pato, Omar Sosa o Eliseo Parra, entre otros.

"Esta será la primera vez que esté en Galicia, explica desde Kabul, a través del Skype, por lo que estoy muy feliz. Creo que va a ser excelente trabajar otra vez con Cristina Pato, que está entre los músicos del mundo que más admiro. Con ella, toqué en 2006 las "Seis danzas gallegas" de Octavio Vázquez en un concierto en Estados Unidos".

-¿Qué le atrae de la Galician Connection?

-Creo que voy a aprender mucho de los otros músicos, tanto los participantes como estudiantes. En Galician Connection, voy a entrar en contacto con culturas musicales con las que no he tenido experiencia hasta ahora y eso es interesante.

-En su orquesta, estudian juntos niñas y niños. ¿Han tenido problemas con los talibanes?

-Con los talibanes, no. Pero dentro del Gobierno de Afganistán hay gente tan conservadora como ellos, que piensa parecido a ellos. Esa gente no está de acuerdo con lo que hacemos. Siempre nos están atacando, no con violencia pero sí pretenden usar las leyes para cerrar la escuela porque ven un problema que chicas y chicos estudien música juntos.

-¿Qué efecto ha tenido la gira de EEUU en los alumnos?

-La gira por Estados Unidos ha cambiado mucho a nuestros estudiantes. Desde que regresaron, todos practican más, tienen más motivación. Han podido ver cómo estudiantes de la misma edad practican en Estados Unidos.

-¿En qué medida resulta difícil su actividad en Kabul?

-Es difícil. Tengo la suerte de que no tengo que preocuparme mucho con la seguridad. No obstante, a veces, suceden cosas que te recuerdan que estás en Afganistán. En la Embajada de Estados Unidos, que ha ayudado mucho a la escuela, había una joven de 25 años que hace unos días murió en una explosión. Todos estamos muy tristes porque era demasiado joven para morir. Daba libros a los niños. Hay que darse cuenta de que este es un país en guerra. Hay gente en Afganistán, para quien la música no es universal. Por eso, para mí, es interesante trabajar aquí, porque creo que es importante luchar por la música.