Estados Unidos elige presidente en 2012. Los comicios, el 6 de noviembre, pondrán el colofón a un largo proceso electoral de casi un año que empieza hoy en Iowa. Como cada cuatro años, este Estado del medio oeste del país concentra la atención mediática con la celebración de los "caucus", asambleas ciudadanas que, tradicionalmente, señalan el comienzo de la carrera que disputan entre sí los aspirantes a hacerse con las candidaturas demócrata y republicana. Este año, sin embargo, esa carrera se disputa sólo en el bando del "viejo gran partido", dado que los demócratas ya tienen candidato: el actual presidente, Barack Obama, quien, sin rival en sus propias filas, las del partido del burro, opta a un segundo y último mandato.

Combate cruento

En cambio, el combate en el seno del partido del elefante será largo y cruento. De la línea de salida parten siete precandidatos: el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney; la congresista por Minnesota Michele Bachmann, emblema del Tea Party; el gobernador de Texas, Rick Perry; el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich; el congresista por Texas Ron Paul; el ex senador por Pensilvania Rick Santorum y el ex gobernador de Utah Jon Huntsman. Y hubieran sido ocho de no ser porque el empresario Herman Cain se vio obligado a retirarse por unas revelaciones de corte sexual.

El nombre de la persona que se medirá con Obama el 6 de noviembre no se conocerá hasta el próximo 30 de agosto, cuando el Partido Republicano celebre su convención nacional en Tampa (Florida). No obstante, y según la media de encuestas que ofrece el sitio web Real Clear Politics, el favorito es Gingrich, con un 27,2 por ciento de apoyo, seguido de Romney, con un 25,4. En la zona media de la tabla se sitúa el ultraliberal Ron Paul (12,2 por ciento) y en el furgón de cola van, por este orden, Perry (6,6), Bachmann (6,2), Santorum (3,8) y Huntsman (2 por ciento).

Los siete llevan ya varios meses de precampaña y han confrontado posturas en una quincena de debates en televisión, pero el primer contacto real con las urnas será, para todos, los "caucus" de Iowa. En este Estado de cerca de tres millones de habitantes se celebran más de 1.700 de estas asambleas de vecinos, y su importancia radica en el hecho de que es el primero en el que se vota. Ganar en Iowa da impulso, pero no garantiza la nominación.

Los "caucus" son un rito, el recordatorio de la democracia agraria y popular que alguna vez fue Estados Unidos. Los votantes registrados del partido se reúnen en asambleas que a veces tienen lugar en iglesias, escuelas e, incluso, bares y domicilios particulares, y debaten sobre los candidatos antes de votar. La elección es indirecta: de los "caucus" salen delegados para la convención del condado; ésta, por su parte, elige representantes para la del Estado; por último, la convención estatal decide quiénes serán los delegados en el cónclave nacional.

Los analistas consideran que los precandidatos con más posibilidades de prosperar son Romney y Gingrich, a los que puede sumarse también Paul, incluido a última hora en la terna de favoritos. Iowa dará las primeras pistas, pero serán las siguientes elecciones primarias las que permitirán saber si esos pronósticos se cumplen: Nuevo Hampshire (10 de enero), Carolina del Sur (21 de enero) y Florida (31).

Los sondeos indican con claridad que Romney, primero, y Gingrich, después, son los únicos aspirantes a la nominación republicana que han disfrutado de manera regular del favor de los electores. En el caso del resto de los precandidatos, los vaivenes han sido constantes, y a cada nombre lo ha ido eclipsando el siguiente al cabo de unas pocas semanas o meses.

Así, Bachmann irrumpió con fuerza en mayo y mantuvo sus expectativas hasta agosto, cuando Perry, explotando sus similitudes con George W. Bush, la desbancó, para quedar él mismo tocado al ser incapaz de recordar en televisión una de las tres agencias gubernamentales que abogaba por cerrar.

Los fondos de campaña

El bajón de Perry permitió subirse al carro a Herman Cain, y al retirarse éste por las acusaciones de acoso sexual, entró Gingrich. Luego ha sido el turno de Ron Paul y de Santorum, estrellas en ascenso cuyo brillo puede apagarse en pocas semanas. Por su parte, Huntsman, ex embajador en China con Obama, no parece concitar gran apoyo.

A favor de Romney juega el hecho de que sus fondos de campaña superan a los de cualquiera de sus rivales (Gingrich, por ejemplo, sólo cuenta con 2 millones de dólares). El ex gobernador de Massachusetts dispone de 34 millones, y el segundo que más dinero está dispuesto a fundir en la lucha por la nominación es Perry, con 18.

Con respecto a las propuestas, hay de todo: desde la supresión de la Reserva Federal que defiende Paul hasta la oposición del católico Santorum al aborto y el matrimonio homosexual, pasando por la creación de empleo, en la que han incidido Perry y Romney; el segundo, tomando como base su experiencia como empresario; el primero, la necesidad casi "bíblica" de la recuperación económica.