Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que el valenciano Paco Inclán, como artista invitado en Valladares (Vigo) desde finales de julio, salía al encuentro de la inspiración, de la conversación, del saludo y del relato hospitalario por los empinados caminos de la parroquia de Valladares. No había detalle sin filtrar por el ojo interpretativo de este editor de barba espesa y verbo alegre, ni historia a la que prestase menor atención. Pero costó. Subir por pendientes y deslizarse por un mundo desconocido, medio rural, medio urbano.

Inclán –que realiza un proyecto artístico promovido por la Fundación Campo Adentro y el Museo Reina Sofía– dejó de caminar. En busca de objetos e historias, citó a la parroquia en un hórreo. Esa construcción para almacenar maíz o cereales tan singular y que tanto le llamó la atención nada más llegar por el contraste con la orografía de su Mediterráneo habitual. "Fue lo primero que vi", reconoce. Y allí, encaramado a un viejo hórreo –dentro del espacio que le cedió el colectivo Alg-a Lab– decidió completar su proyecto.

Encerrado doce horas en un típico "cabaceiro" gallego, recibió a los vecinos. La convocatoria se realizó con carteles por los bares, el centro cultural de Valladares y el Banco del tiempo –que colabora con el artista– y el boca a boca.

"Sí, de 10 a 22 horas", reconocía. "Con el objetivo de convocar a los vecinos a que pasen a contarme historias, cuentos, chistes... la idea es que sirva como punto de encuentro para que pasen cosas".

Y pasaron. Tras una mañana en la que se reconocía "un poco desolado", por la tarde acudieron grupos de personas. Algunas familias que hicieron coincidir su paseo con la ubicación del artista y algunos vecinos. El hórreo fue habilitado con alfombra y cojines.

"Me han traído objetos antiguos, como una palangana, una plancha, una báscula romana, un taladro manual...", y también historias. Sobre todo, relatos, confesaba Paco Inclán cuando se cumplían ocho horas de su particular "encierro". También, reconocía que algunos acudieron a comprobar, por curiosidad, que no se bajaba de la estructura. Otros, a llevar comida y vino. Y alguno también, un orinal.

Paco Inclán se mostraba satisfecho. Todos los objetos integrarán el recorrido del mes y medio de Paco Inclán. "Objetos que me han servido para conectar con la memoria y la historia de la parroquia", explica. Utensilios prestados por los vecinos para una exposición que se presentará el próximo miércoles 14 en el centro vecinal y cultural de Valladares, con un vídeo clip musical elaborado por Alg-a Lab. Como parte de un proyecto para toda España –que tiene otras doce residencias–, la muestra será presentada en una exposición conjunta el 14 de diciembre en La Casa Encendida de Madrid.

Una fotografía tomada un mes después de la llegada de Paco Inclán, ya refleja un avance en su integración: ya juega al dominó.