"La ilusión siempre será nuestro principal baluarte, nuestro recurso más valioso y nuestra actitud más fructífera", decía ayer la psicóloga María Jesús Álava en el Club FARO, ante un auditorio abarrotado que acabó cantando con ella "Resistiré", siguiendo los textos que aparecían en la pantalla. "Cómo recuperar la ilusión" fue el título de la charla que le presentó Ana Estévez, directora de Enfermería del Complejo Hospitalario de Vigo.

"La población española es menos feliz, con menos esperanza y con una autoestima más baja que hace cuatro años, por lo que ahora más que nunca es necesario "recuperar la ilusión. Siempre he defendido que no podemos vivir sin ilusiones. Las ilusiones nos hacen reaccionar en los momentos difíciles, nos permiten recuperar la esperanza, nos ayudan cuando estamos cansados, apáticos, desilusionados... y nos proporcionan la fuerza necesaria cuando precisamos volver a creer en nosotros".

La psicóloga, cuyo último libro es "Recuperar la ilusión" (La Esfera de los Libros), reforzó su charla, como es habitual en ella, a la interacción con el público, al soporte audiovisual y, cómo no, al humor. "Se necesita el humor para afrontar esta situación actual. El optimismo es necesario, casi obligatorio. Soy feliz porque me perdono mucho. Con este libro damos un paso adelante para ser feliz. Y antes de nada lo que os digo es que un requisito esencial para sentirnos bien es aprender a perdonarnos, porque con frecuencia no lo hacemos y, cuando lo hacemos, tendemos a echar la culpa a otro. Y esto tampoco".

Álava habló de la importancia de la actitud. Siempre digo que ante la misma situación hay personas que se sienten bien y otras mal. Te vas a sentir mejor o peor en función de lo que pienses en cada momento. Es el pensamiento el que determina la acción. Puedes haber tenido un día terrible y volver a casa desplumado, jorobado... pero la actitud debe ser volver bien derecho, sin doblar la cerviz. No se trata de engañarnos y negar la realidad sino de enfrentarnos a ella con el convencimiento de que podemos superar las dificultades".

Conocido el diagnóstico, la incógnita radica en saber si podemos aprender a ser felices. Para esta profesional de la agitación sentimental la respuesta es sí. "Pero la felicidad y la ilusión no se compran; se conquistan. Podemos y tenemos que aprender a ser felices porque desgraciadamente no nos han enseñado a serlo de pequeños. Todos sabemos cuándo nos sentimos bien, pero no sabemos qué debemos hacer para volverlo a lograr... Un buen comienzo será darnos autoinstrucciones positivas, que nos refuercen y nos transmitan ilusión y esperanza. Recordemos que el cerebro se "cree" nuestros pensamientos y si nos esforzamos en pensar en positivo estaremos potenciando al máximo las posibilidades de superar en las mejores condiciones los momentos de adversidad".

Álava iba desgranando ante el público, con la conciencia de que "las grandes soluciones suelen ser soluciones sencillas", las claves para volver a disfrutar de nuestra vida. "La coherencia entre lo que hacemos y lo que decimos es desde luego un atajo hacia la ansiada felicidad, pero también lo es el optimismo. Una persona optimista no es una persona ilusa, que trata de engañarse a sí misma, sino una persona con una actitud positiva ante la vida, que siempre destaca por su flexibilidad, por su disposición a la alegría, por su permanente motivación, por su capacidad para crear un buen clima, por facilitar un ambiente distendido y cercano, y por ilusionar-se cada día, con cada acción, con cada experiencia".

Habló la psicóloga de la importancia de saber comunicarse porque "la mayor parte de los problemas que se dan hoy en día se basan en conflictos de comunicación y de interpretación".

Y valoró el sentido del humor. "Es uno de los pilares de la inteligencia emocional. Si alguien tiene un problema importante el humor le ayudará a superar las dificultades porque activa nuestra área creativa, nos proporciona el equilibrio necesario para superar obstáculos... y para desarrollar el sentido del humor la espontaneidad es virtud y el ridículo y la vergüenza defectos".