¿Novelista, autor de obras críticas con la realidad de Latinoamérica o denunciante agresivo de los gobiernos populistas?

En escasas 36 horas, una catarata de acontecimientos removió la actualidad en Argentina y provocó reacciones en cadena. Un grupo de intelectuales argentinos con el director de la Biblioteca Nacional Horacio González a la cabeza, repudiaron que el Premio Nobel de Literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa, fuese designado para dar el pistoletazo de salida a la mayor feria literaria del país. La prensa local –el diario Tiempo Argentino– se hizo eco de las declaraciones: "La invitación a Vargas Llosa es una ofensa a la cultura argentina", en vista de las duras críticas que arreció el escritor peruano a los gobernantes de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela.

El Nobel de Literatura en 2010 es uno de los literatos más comprometidos en sus posiciones políticas, definiéndose liberal, aunque pasó de abrazar el comunismo a ser el azote de dictaduras y satrapías. Desata adhesiones y odios.

Muestra de ello son otras voces, como el ensayista Feinmann, que expresó su "enorme indignación", y reunió firmas para enviar una carta al presidente de la Cámara del Libro de Argentina y vetar al Nobel. El propio jefe de gabinete de ministros de Argentina, Aníbal Fernández, calificaba poco después a Llosa como "enemigo de los gobiernos populares y particularmente, de Argentina".

Ante el caudal de desprecios a la polémica figura del Nobel –premiado, paradójicamente, por su "cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo"–, la presidenta Cristina Kirchner pidió que se retirase la carta. Frenó así, personalmente, el boicot al escritor peruano de La Fiesta del Chivo, y el colectivo dio marcha atrás en su embestida.

Las redes sociales habían creado en escasas horas grupos de apoyo de signo contrario: "Bienvenido Vargas Llosa a Buenos Aires" y "No a Mario Vargas Llosa en la Feria del Libro". Según el digital Los Andes, el propio autor respondió en su facebook: "Me gustará estar a la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires; la violencia de las palabras revela cómo son los kirchneristas y los peronistas: contrarios a la libertad", resumió. En la feria estarán, entre otros, los españoles Rosa Montero, Juan José Millás y Antonio Muñoz Molina.

Quedó latente que Vargas Llosa (Perú, 1936), es, sobre todo, un permanente crítico de las dictaduras y de gobiernos que considera autoritarios. Y su postura está, de nuevo, a punto de pasarle factura. Molesta en ciertos foros. Su nacimiento "político activo" data ya de 1980. Fundó el movimiento Libertad y se presentó como candidato a la Presidencia de Perú en 1990, siendo derrotado por Alberto Fujimori. Entonces (1993), Fujimori amenazó con quitarle la nacionalidad peruana y consiguió la doble nacionalidad también española.

A principios de los noventa, Llosa calificó como "dictadura perfecta" al sistema político mexicano, con el neoliberal Carlos Salinas de Gortari, por más de seis décadas de predominancia en el gobierno. Tuvo que que salir rápidamente de México para evitar un problema político.

En España, en 2007 participó en la presentación del partido Unión, Progreso y Democracia. Apoyó la candidatura presidencial del empresario chileno, Sebastián Piñera y, además, fue invitado para participar junto a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en la inauguración del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en conmemoración de las víctimas de la dictadura militar de Pinochet.