A Luis Tosar no le deslumbra el brillo de los Oscar. Admite que está muy contento con que la película de Icíar Bollaín que protagoniza, "También la lluvia", sea la elegida para representar a España en Hollywood, pero ya está. En el discurso de Tosar no hay cabida para un merecido tono de orgullo ni para un "momento estrella". Y no es falsa modestia ni humildad fingida; su extraordinaria naturalidad lo harían imposible. Luis Tosar no se regodea de su éxito aunque tenga sobradas razones para hacerlo. Este, el de sus 39, ha sido uno de sus años más glorioros. Lo comenzó recogiendo el Goya por su excelente "Malamadre" en "Celda 211" y lo termina como protagonista de la nueva cinta de Bollaín, elegida para competir en la carrera hacia los Oscar. Pero es que Tosar hizo pleno: participaba en las tres películas preseleccionadas, en dos como protagonista –"Celda 211" y "También la lluvia"–, y en una como secundario, "Lope".

Ayer, la última película de la directora madrileña fue recibida con sonoros aplausos en la inauguración de la 55 Semana Internacional de Cine de Valladolid. La responsable de films como "Te doy mis ojos" o "Flores de otro mundo" –en las que también contó con su "muso" gallego– cuenta en esta película la historia de un director llamado Sebastián (Gael García Bernal) y su productor, Costa (Luis Tosar), que intentan recrear la lucha de los indígenas contra los avariciosos conquistadores españoles a comienzos del siglo XVI.

–No sé si le afectará la crisis de los 40, pero los 39, desde luego, han sido un año glorioso.

–¡Vete a saber! en este mundo cambian las cosas mucho de un día para otro. Este año aún me considero treintañero y tengo que aprovechar lo bien que me van las cosas. Si me quejase sería un indecente, más viendo cómo está afectando la crisis al sector y a todo el mundo,

–No se le puede negar un ojo clínico a la hora de elegir sus películas. ¿Qué le llamó la atención de "También la lluvia" para darle el "sí, quiero"?

–Más que el personaje en sí, me sentí muy atraído por su temática. Son tres películas en una y se cuestiona de nuevo el tema de la hispanidad, la conquista y lo que somos ahora mismo y se ve cómo no hemos cambiado realmente mucho en todos estos siglos.

–Supongo que el hecho de que fuera Icíar Bollaín quien le ofreciera el papel ya era una garantía.

–Por supuesto, aceptaría un guión de Icíar casi sin leerlo; ella es un seguro de vida. Sé que me va a cuidar y llevar de la mano y siempre me ha ofrecido papeles que son un nuevo reto.

–Cine comprometido, ¿una premisa esencial?

–El cine es bueno para que se fomente la reflexión. Creo que los actores nos miramos demasiado el ombligo y simplemente hacemos una película y nos vamos; hay que tomar una parte más activa, comprometerte con las realidades duras y ser un verdadero altavoz para hacerlas visibles.

–¿Resultó especialmente duro el rodaje en la selva de Bolivia?

–Menos de lo que pueda parecer. Realmente en la selva estuvimos tres semanas y el resto se rodó en la capital, Cochabamba, que es una zona con todas las infraestructuras. Para el equipo técnico sí era un rodaje duro, pero no para los actores.

–Si finalmente el 25 de enero la película se encuentra entre las cinco finalistas por el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa, ¿se siente preparado para la ingente promoción que le espera?

–Hay que hacerlo y punto; creo que a ninguno nos gusta demasiado hablar de nuestro trabajo una vez hecho, pero si es para conseguir que la película tenga una mayor repercusión, lo haré de buena gana.

–No parece que los Oscar le entusiasmen demasiado...

–Sería maravilloso ganarlo, pero yo lo que quiero es que la película sea vista por la mayor gente posible, gane o no este premio.

–¿Le habría gustado más que fuera "Celda 211" la elegida, una cinta con más peso gallego?

–Desde ese punto de vista, sí, pero nunca se sabe lo que va a funcionar mejor en el mercado anglosajón, que es tan complicado. "Celda" es una cinta de género que los americanos hacen muy bien... la Academia lo decidió así y yo lo acepto.

–Interpreta en "También la lluvia" a un productor. También lo ha sido en la vida real en "18 comidas". ¿Se siente cómodo en este terreno?

–No pienso pasarme a la producción. Lo que he trabajado hasta ahora ha sido como coproductor, no demasiado implicado, sólo como punto de apoyo para unos proyectos que me interesaban. En la película interpreto a un productor muy involucrado; Costa está mucho más preparado que yo para esto y yo no tengo esa mano especial que hay que tener.