Nacido en Burgos, castellanohablante instalado muy a gusto en Cataluña, es presidente de la Asociación Catalana de Juristas Democráticos. Pasó por el Club FARO.

–Usted militó en el PCE hasta que se promulgó la Constitución. ¿No cree que hay otra sociedad posible?

–Será deseable pero no tiene esto ninguna pinta de que sea posible. Las utopías son hermosas pero otra sociedad no se ve en un horizonte al menos próximo. Las cosas cambian: hoy el mayor capitalismo está en el PC chino.

–¿Cómo ve nuestra sociedad?

–Veo una en que triunfa el individualismo, el consumismo, el beneficio a corto plazo, el paso libre de los grandes depredadores de las finanzas. Veo la pérdida de aquel homo universalis y un acercamiento al personaje de Tiempos Modernos de Chaplin.

–Usted y Villarejo se ganaron fama como fiscales de azote a la burguesía catalana...

–No hemos azotado a ningún sector social. Otra cosa es que en un momento determinado hayamos empezado a dejar claro que no sólo se perseguirá a los marginales que cometen delitos sino a esos de guante blanco que tienen privilegios y abusan de ellos en perjuicio del resto de los ciudadanos.

–No me diga que no hay una Justicia para pobres y otra para ricos...

–La Justicia es en teoría la misma para todos pero es verdad que, en general, al aplicarla quienes tienen medios y contratan buenos bufetes tienen posibilidades de defensa muy superiores a las de la gente humilde. O sea que hay una Justicia en el papel pero a la hora de aplicarla parece haber una de ricos y otra de pobres.

–¿Y es una Justicia tardía, atascada y cara?

–Sin duda, pero está en la media del resto de Europa y, si funcional mal, que no es tanto como dicen, es en la misma medida que otros sectores de la realidad española. No peor que ellos. Pero eso no debe impedir una actitud severamente crítica.

–¿Y qué le parece la frecuente revelación de los secretos de sumario?

–Hay datos que llegan al sumario pero ya se conocían antes, de modo que el secreto es posterior y el delito de revelación de secretos sólo afecta, salvo excepciones a quienes tienen que guardarlo. No a un periodista o al menos es muy discutible porque ellos están obligados a contar lo que saben. Además, los tiempos o ritmos de la Justicia son diferentes a los del periodismo y la primera debe tener claro que no es la única institución del mundo, debe convivir con otras y no se puede matar al mensajero.

–Boadella dijo "Adiós Cataluña" y se fue a vivir a Madrid por tanto nacionalismo catalán...

–Yo nací en Burgos, soy castellanohablante, y mis características vistas desde fuera se podrían corresponder con el del castellano no integrado, que no habla catalán. Bien, pues yo vivo hace mucho en Cataluña con total normalidad y gran placer. Además me han responsabilizado de altas instituciones catalanas. Eso de la imposición es un espejismo y a veces un bote de humo. Desde mi irrenunciable ser castellano estoy muy integrado en Cataluña. Nadie me insinuó nada.