El científico marino Enrique Pardo ha explicado a Efe que las llamadas islas de residuos plásticos de los océanos, una de las cuales ha sido descubierta recientemente en el Atlántico, se forman por la acción de las corrientes superficiales y ante la pasividad de los gobiernos e instituciones internacionales.

Pardo, quien es miembro de la organización ambientalista Oceana, ha indicado a Efe que las corrientes superficiales de los océanos actúan de manera constante y, en un momento dado, reúnen todo el material plástico y lo concentran en un sólo lugar.

"Esto no ocurre de un día para otro. Son decenas de años acumulando plástico en el mar y eso genera unas consecuencias en el ecosistema. El daño se efectúa en aguas internacionales, así que nadie asume la autoría de los vertidos de desechos y no hay quien los retire ", ha afirmado Pardo.

Hace cinco años se formó una mancha de basura plástica en el Pacífico y esta semana científicos estadounidenses han descubierto una nueva franja de residuos plásticos en el Atlántico.

Según el experto de Oceana, retirar los desechos plásticos de los espacios marinos implica un coste muy elevado debido a que se trabaja con toneladas de material tóxico y se requieren embarcaciones, equipos y tripulación especializada.

"Lo ideal es atacar el origen del problema, es decir, evitar que se lanza plástico a los espacios marinos. Se debe comprender el daño que esto causa. Es un material no biodegradable. El mar no lo absorbe y los microorganismos pueden ver amenazadas sus vidas debido a los tóxicos", ha dicho Pardo.

Aún no existen trabajos ni pruebas sobre posibles islas de basura plástica en el mar Mediterráneo. Sin embargo, Pardo ha aclarado que eso no quiere decir que no existan.

"Es un mar semicerrado y sus corrientes superficiales presentas unas condiciones diferentes a la de los océanas, pero de seguro que tiene desechos plásticos acumulados", ha dicho.

La investigación estadounidense que revela la existencia de una mancha de desechos en el Atlántico ha sido publicada por la revista Science y realizada por expertos de la Asociación de Educación del Mar (SEA), la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI) y la Universidad de Hawai.

La mancha localizada se ubica en una región cuyo centro se encuentra en el paralelo 32ºN, aproximadamente en la latitud de la ciudad estadounidense de Atlanta (Georgia).

Los investigadores han analizado miles de pedazos de plástico, contados manualmente por estudiantes y recogidos mediante redes en más de 6.100 puntos, desde 1986 hasta 2008.

Las mediciones se hallaron a partir de un modelo informatizado de circulación oceánica, que permite analizar el rastro de las corrientes superficiales que el viento impulsa y evaluar el nivel de las concentraciones.

Según los científicos, el tamaño de la mayor parte del plástico recogido es de apenas unos milímetros, por lo que es posible que sean difíciles de recolectar por las redes extendidas en las aguas.

La mayoría de los plásticos recogidos son polietileno o polipropileno, materiales que flotan en el agua de mar.