No era la primera vez que actuaba en Vigo pero la expectación creada en torno a su concierto era notable. Y no defraudó. Guitarra blanca en mano, Alejandro Sanz salía ayer al escenario del Ifevi acompañado por nueve músicos que anunciaban que el paraíso se había instalado en la ciudad olívica.

Miles de incondicionales esperaban con anhelo al artista madrileño en el recinto ferial. Una cuenta atrás, de diez a cero, anunció el inminente comienzo. Todo se oscureció, pero los miles de móviles y cámaras de fotos que poblaban el Ifevi iluminaron el lugar como estrellas fugaces. Y la gran estrella salió al escenario. Las luces dejaron paso a los aplausos y Sanz comenzó con "Peter Punk", tema que abre su último trabajo, "Paraíso Express", para luego seguir con "Lo que fui es lo que soy".

Vestido con vaqueros, camiseta y chaqueta, el artista respondió a sus fans, no sin cierta timidez, con un breve "Boas noites...". Las palabras sonaron a guiño, a complicidad con la tierra que desde el viernes lo acogía con cariño, después del concierto multitudinario que ofreció ese mismo día en el Coliseum de Coruña.

En este comienzo por todo lo alto, el equipo que acompaña a Alejandro Sanz en su gira "Paraíso Express Tour", no obvió ningún detalle. El fondo del escenario, que se adaptaba a cada tema, estaba cubierto pantallas LED, donde se sucedían imágenes de los éxitos del artista.

En el Ifevi había cabida para todos y todos rozaron la locura cuando empezó a sonar "Corazón Partío", el tema más coreado por el público.

Y mientras, a pocos kilómetros de distancia, en una discoteca de Mos, la mexicana Paulina Rubio conquistaba a sus seguidores con su puesta en escena y las canciones de su último trabajo, "Gran City Pop". Aunque, como Sanz, la Rubia de Oro también dejó espacio para algún clásico.