La productora coruñesa, embarazada de seis meses, se convirtió en la protagonista de la gran noche del cine español. En la gala de los Goya más vista de la historia, en la que los dos actores más internacionales de la pantalla española, Penélope Cruz y Javier Bardem, se presentaban por primera vez en público como pareja y en la que Almódovar regresaba como hijo pródigo, Emma Lustres consiguió batir con ‘Celda 211’ al mismísimo Amenábar y a su millonaria producción ‘Ágora’. Un sueño que rememora en esta entrevista

-¿Temió que la Academia hubiera sucumbido a los poderes fácticos cuando Ágora empezó a cosechar Goyas al inicio de la gala?

-No. tenía claro que los premios técnicos iban a ser para Ágora, porque era una gran producción. Sabía que Celda 211 había conseguido 16 nominaciones porque era la que más había gustado, con diferencia. Yo me daba por satisfecha con cinco o seis Goyas, aunque intuía que iban a ser los importantes.

-Se llegó al momento culminante de la noche, la elección de mejor película, con un emocionante empate. Ese premio daba la gloria o la decepción. ¿Cómo se sentía?

-No quería obsesionarme con ganar a Ágora, así que no llevaba contabilizados los Goyas que habían logrado ellos o nosotros. Nos habían dado el de Marta Etura, el de Luís Tosar, el guión, el sonido, el montaje, la dirección, que para mi es supermerecido, pero tenía mis dudas por el reparto... Yo ya estaba feliz. Pero a partir de ahí empecé a sufrir una taquicardia. Porque llegaba el nuestro, el gordo, el de mejor película, y aunque no sabía cómo íbamos exactamente en la puntuación, sí que pensé que si se lo daban a Ágora, ellos iban a ser considerados los triunfadores a pesar de que Celda 211 había logrado ya la mayor parte de los Goyas más importantes. El corazón se me desbocó y mi marido me decía: ‘Tranquila, tranquila...’ Pero yo me sentía fatal.

-Y entonces llegó la gran sorpresa de la noche: apareció Almodóvar, el hijo pródigo regresaba a los Goya.

-Fue una gran sorpresa, porque le admiro muchísimo, crecí con sus películas. Cuando vi la posibilidad de que él iba a entregarme el premio, me dije: ‘Ahora quiero subir como sea’. Cuando nombraron las cuatro películas nominadas tenía el corazón en un puño, pero cuando oí Celda 211, sentí algo inexplicable: alegría, emoción, tuve que hacer un gran esfuerzo para aguantar las lágrimas. Durante toda la semana, todo el mundo me había bombardeado con eso: ‘Si subes, no puedes llorar’. Obviamente no dije todo lo que quería decir, ni nombré a todos los que quería nombrar, pero entre los nervios y la felicidad, dices lo que el corazón te permite, más que la cabeza. Fue maravilloso.

-¿Qué le dijo Almodóvar?

-No nos conocíamos personalmente. Le di dos besazos y le conté que tenía ganas de subir, pero que al verlo a él, ya se había convertido en obsesión ganar ese Goya. Se rió y me dio las gracias. Estuvo muy cariñoso. Esos momentos no los voy a olvidar en la vida.

-La gala tuvo una audiencia televisiva histórica y la crítica coincide en que fue sensacional. Pero ese duelo que no se resolvió hasta el último momento parecía salido de un guión...

-Yo creo que eso es coincidencia. La gala fue perfecta. Esa emoción del duelo en el que uno empieza ganando y el otro va remontando, parecía de una final de Champions. Y luego la presencia de Javier Bardem Y Penélope Cruz, nuestros Brad Pitt y Angelina Jolie, luego Bardem dándole el Goya a Tosar, que no es cualquiera. Son muy amigos. Y el no va más de la noche fue la entrada de Almodóvar. Fue una gala que se recordará años. Y justo que en esa gala seas tú la que sales con 8 Goyas desbancando al mismísimo Amenábar y a la gran producción del cine español, de 50 millones de dólares. Es un sueño.

-¿Qué le pareció la dedicatoria de Luís Tosar en gallego? Muchos le vieron un aire reivindicativo.

-Luís es gallego parlante. Todo el mundo sabe que defiende la tierra y el idioma. Le apetecía dar en gallego el mensaje a su familia y a su gente más cercana, con los que estoy seguro de que habla en gallego. Y como él mismo matizo, todos lo entendían perfectamente lo que decía. Esto es muy habitual. Trueba, cuando recogió el Oscar, empezó en inglés y acabó en español. Y Penélope Cruz hizo lo mismo. Me pareció bonito y lógico.

-Vaca Films se ha convertido de la noche a la mañana en una marca de éxito. ¿Qué puertas le abrirá este triunfo arrollador?

-Esto te da crédito, ayuda a que las televisiones confíen más en lo que hagamos, seguro. Telecinco, que coprodujo Celda 211, lleva conseguidos 50 Goyas, ha hecho Alatriste, El laberinto del fauno, El Orfanato, las grandes películas taquilleras de los últimos años en el cine español, pero con Celda 211 ganó el primer Goya a la mejor película. Nunca lo había conseguido hasta ahora. El lunes, en la recepción de Zapatero, me lo pidieron para llevárselo a la cadena. ‘Pero si tenéis un montón’, les dije. ‘A la mejor película, ninguno’, me respondieron. ‘Pues éste me lo llevo a Coruña’, les repliqué, así que se quedaron con el del guionista, en tanto no pedimos unas copias. Tenemos muy buenas relaciones y creo que están deseando volver a colaborar con nosotros.