Pilar Cristóbal habló también de la conducta sexual de una especie de simios considerada tradicionalmente como muy similar a la humana, los chimpancés, especialmente promiscuos. "Se ponen a la cola para copular con la hembra hasta 125 machos, que tardan cada uno menos de 30 segundos -aseguró la sexóloga-. Tienen espermatozoides asesinos que se eliminan los unos con los otros, al igual que los bonobos y los humanos". La experta explicó que con los "espermatozoides asesinos" se asegura que los mejores sean los que fecunden el óvulo. "Probablemente hace miles de años las hembras humanas también ponían a los machos a la cola", añadió.

Los bonobos y el clítoris

Para explicar por qué el clítoris se encuentra fuera de la vagina en las hembras humanas, se refirió al caso de los bonobos, una especie de simios parecidos a los chimpancés, pero más altos -pueden llegar a medir 1.80 metros de altura- y que suelen moverse sobre dos patas. Al igual que ocurre en los humanos, las hembras de bonobo tienen el clítoris lejos de la vagina para protegerlo de las dilataciones del parto, un proceso más difícil y doloroso en bonobos y humanos que en -por ejemplo- una vaca. Esto es así porque el canal del parto es más estrecho para proteger el embrión y evitar que caiga cuando el individuo se pone de pie.

La "estructura femenina" en las sociedades animales

La sexóloga destacó que en la naturaleza "hay tantos padres devotos como padres devotos", y expuso el ejemplo paradójico de los caballitos de mar: es la hembra la que pone y el macho el que recibe, quedándose éste "embarazado" y al cuidado posterior de las crías.

Más similar a la sociedad humana es la "estructura femenina" que Pilar Cristóbal atribuyó a chimpancés, bonobos, leones y elefantes. En ella, madres y abuelas cuidan a las crías. "Las hembras se ocupan también de proteger a sus hermanos, lo que da el doble de posibilidades de que sus genes sobrevivan, ya que somos genéticamente más parecidos a nuestros hermanos que a nuestros hijos", subrayó.