De la misma manera en que hay titulaciones que consiguen que la nómina abulte más, ciertas carreras tienen mejores salidas laborales, si por ello se entiende menos paro y menos tiempo para encontrar trabajo. En general, además, ambas características coinciden. Así, aunque Alemania o Suecia están interesadas en importar ingenieros o médicos españoles, estos son los que menos necesitan irse -de hecho, el 84% de los egresados afirma trabajar en Galicia-, ya que los licenciados en estos estudios están ocupados en el 73,39 por ciento de los casos, seguidos de ingenieros y arquitectos, donde el porcentaje de trabajadores supera el 68%.

En el extremo opuesto, como ocurría con los sueldos, se encuentran las filologías y Traducción e Interpretación, donde solo consiguen empleo el 47%, y los licenciados en Bellas Artes, Historia, Biblioteconomía, Filosofía o Humanidades, donde la cifra es aún peor, con solo el 45%.

No es de extrañar que sean los graduados o licenciados en estas titulaciones quienes opten más que sus compañeros por continuar su formación u opositar. Los licenciados en Filología o Traducción e Interpretación, en un porcentaje que supera el 29 por ciento, seguían estudiando dos años después de acabar la carrera. En el caso de los que se preparan para optar a un puesto de funcionario, los que lideran la lista son educadores sociales, maestros, pedagogos, psicólogos y licenciados de INEF, seguidos, con un 33%, por historiadores, filósofos o graduados en Biblioteconomía y Bellas Artes. En general, de media un 20% sigue estudiando, y una cuarta parte, formándose para competir por un puesto para toda la vida.