Se puede decir que su lema es huir de la repetición. A lo largo de su extensa gira, no hay dos conciertos iguales y no sólo porque no repita el mismo público o su voz suene clavada en cada acorde. Bruce Springsteen y la E Street Band preparan para cada directo un listado completamente diferente de canciones a los de sus anteriores actuaciones. Determinar a priori lo que le espera al público en Compostela -en el último show de su gira de este año- es más que arriesgado. Incluso se desconoce el tema que abrirá el espectáculo.

Hasta ahora, el más elegido para la apertura ha sido “Badlands” de su cuarto álbum de estudio, Darkness on the edge of town. La canción ha sido seleccionada en la mayor parte de los directos de su gira (incluidos los recientemente facilitados en Benidorm y Sevilla); aunque en Bilbao se decantó por “The ties that bind”; mientras que en Estocolmo meses atrás optó por “Who’ll stop the rain” y “Downbound train”.

La incógnita se da también con el broche del directo. Aunque últimamente, se ha prodigado con una versión al estilo “La bamba” del “Twist & shout”, en algunos conciertos ha preferido cerrar con “Dancing in the dark” u otras canciones. Sus fans han de saber que tampoco está asegurado al 100% que incluya en el listado de Santiago el himno “Born in the USA”, así como otros clásicos.

El viento juega su carta

Haber publicado más de 20 discos de estudio le permiten la licencia de huir de un canon, en una escapada que evita el acomodamiento de la estrella así como de sus fans. La única seguridad con Bruce Springsteen es el sello de calidad en sus directos. En el caso de Santiago, lo único que podría empañar el espectáculo sería el viento, empecinado en desmejorar conciertos en el Monte do Gozo dependiendo de la zona de ubicación de los fans.

Ayer, precisamente, ese viento que tanta querencia tiene al auditorio compostelano ralentizó los trabajos de montaje del escenario. “A pesar de las inclemencias del tiempo (del viento) están trabajando a un ritmo aceptable, incluso se han adelantado a lo previsto”, explicaba un portavoz de la organización.

Los fans que acudan a ver al Boss se encontrarán con un escenario de 68 metros de largo, 25 de altura y 25 de fondo, limitado por un fondo entero de pantallas de LED sumado a dos pantallas gigantes laterales para que todo el mundo siga con detalle la actuación. La iluminación, por su parte, será “especial”, señala la organización que avisa de que no habrá pirotecnia al final del concierto.

Últimas entradas, ayer

Otro apunte certero es que Bruce llega al Monte do Gozo con el cartel de entradas agotadas para ofrecer un directo de tres horas de duración. En la mañana de ayer, los últimos afortunados aún las conseguían por internet desde ticktackticket u otras webs que redirigían a ticketmaster. Sin embargo, a última hora de la tarde, desde este último site, se avisaba ya de que los billetes se encontraban agotados.

La única pega para estos fans serán las más que probables colas que se formarán en la taquilla el mismo día del concierto ya que deberán recoger la entrada con la documentación pertinente desde una hora antes del directo.

Respecto a la posibilidad de ver a su ídolo de paseo por el casco viejo compostelano, la organización del concierto explicaba ayer desconocer sus planes.

Sólo trascendió que Bruce, su mujer y dos hijos, la banda y resto de acompañantes (en total, un centenar) se alojarán en el hotel de cinco estrellas Puerta del Camino, donde ocuparán más de tres plantas.

El establecimiento hostelero se sitúa a escasos minutos del lugar del concierto, lo que facilitará los desplazamientos de Springsteen y su comitiva.

Aficionado a la Estrella

Por su parte, en la capital gallega, algunos aún recuerdan su estancia en el año 1993 cuando paseó por el campus universitario y cuando saboreó una Estrella Galicia. El flechazo por la cerveza gallega le llevó, entonces, a comprar un palé completo de la bebida que se llevó a Estados Unidos. ¿Ampliará su cargamento en esta nueva visita?