Después de haber sido una de las actrices francesas más cotizadas de mediados del siglo XX y toda una sex symbol durante los años 50 y 60, en los últimos años Brigitte Bardot ha aprovechado su fama para lanzar su propia Fundación pro derechos de los animales. Sin embargo, en los últimos años, la veterana actriz francesa ha saltado a las portadas de toda la prensa gala por sus comentarios racistas contra la inmigración en Francia y, especialmente, por acumular varias condenas por incitar al odio racial contra los musulmanes.

Tantas han sido las polémicas declaraciones de la actriz en los últimos años que la ayudante del fiscal de París, Anne de Fonnete, se declara "un poco cansada" de perseguir a Briggite Bardot. El último cargo al que se enfrenta el icono sexual de mediados del siglo XX es muy similar a los otros cuatro que pesan sobre su curriculum: en 2004 escribió una carta al entonces ministro del Interior francés Nicolas Sarkozy en la que protestaba por el ritual de la matanza del cordero durante la festividad musulmana de Edi-al-kabir y se refería a los musulmanes como "esa población que nos tienen cogido por la nariz y que está destruyendo nuestro país".

Ante la denuncia, realizada por el Movimiento Contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos, los abogados de Bardot, de 73 años, que no se personó en el quinto juicio que afronta por racismo, argumentaron que las partes ofensivas de la carta han sido sacadas del contexto de su defensa de los animales, que mantiene desde hace muchos años, en la que ha invertido millones de dólares y que ha sido muy aplaudida por las autoridades de medio mundo en otras ocasiones. Así, según informaciones de la revista estadounidense 'Time' recogidas por otr/press, los abogados de Bardot aseguran que su condena del Edi-al-Kabir se ha malinterpretado como un ataque al Islam en Francia.

Es previsible que estos argumentos no sirvan para que Briggite Bardot se libre de una nueva condena por incitar al odio racial, después de que sus letrados alegaran estos mismos motivos en las anteriores cuatro causas por el mismo delito. En 1997, por ejemplo, fue condenada por instigar el odio racial por su carta abierta al periódico 'Le figaro' en la que se quejaba por la "superpoblación extranjera" mayoritariamente musulman de Francia. Al año siguiente fue condenada de nuevo por criticar la pérdida de la identidad y la tradición francesa debido al aumento del número de mezquitas "mientras las campanas de nuestras iglesias caen en silencio demandando curas".

Su matrimonio con un activista y seguidor del ultraderechista Frente Nacional, dirigido por Jean-Marie Le Pen, tampoco le ha ayudado a mejorar su imagen. En el año 2000 volvió a ser condenada por ciertos comentarios en su libro 'Pluto's Square' en cuyo capítulo 'Carta abierta a mi perdida Francia' se apenaba por su "tierra natal, mi país, está otra vez invadido por una superpoblación de extranjeros, especialmente musulmanes". Posteriormente, en 2004 en su libro 'A cry in the silence' volvió a tratar la cuestión de la inmigración y el Islam, saltándose a la torera las leyes anti racistas francesas asociando el Islam con los atentados del 11 de septiembre y denunciando la "islamización de Francia" por gente que tildaba de "invasores".

La Fiscalía de París pide para Bardot la máxima pena posible, con la esperanza de que el tribunal tome nota del rechazo de la actriz "por aprender las lecciones de condenas anteriores y deje de usar ese lenguaje racista". El Ministerio Público quiere que a Bardot se le imponga una multa de 22.000 dólares y dos meses de suspensión, en una sentencia que se hará pública en junio. En cualquier caso, es poco probable que, a sus 73 años, Brigitte Bardot se deje intimidar por una condena de este tipo y posiblemente en el futuro volverá a ser noticia alguna de sus 'perlas' sobre la inmigración y el Islam en su Francia natal.