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Todos a las aulas

Restauración renuncia a las clases "online" ante la fuerte carga práctica de la especialidad

"Volvimos a clase hace días, al mismo tiempo que los institutos", explica Álvaro Arizaga, jefe de estudios de la Escola de Restauración, un centro que ha decidido ir a contracorriente y apostar decididamente por la presencialidad. La idea, lejos de ser mal acogida, consolida la tendencia la alza en la matrícula, tanto que este año no se celebraron las pruebas de septiembre ya que todas las plazas se cubrieron en junio.

"La mayor parte de las facultades y en general de los centros de estudios superiores han apostado por la formación telemática, pero aquí en principio hemos optado porque todo sea presencial", indica el profesor. Ayudan las especiales condiciones del centro, con grupos de un máximo de 10 alumnos, dado que trabajan en laboratorios con bienes de interés cultural y sus intervenciones han de ser constantemente monitorizadas por los profesores.

El centro imparte las especialidades de Arqueología, Escultura y Pintura y en este curso ha cubierto "el tope de matrícula en primer curso", indica el jefe de estudios. Se incorporan una veintena de estudiantes "y además tenemos muchos nuevos a partir del segundo curso, bien alumnos de otras escuelas que empiezan a partir de segundo curso o del Plan de Adaptación".

El Plan de Adaptación está pensado para alumnos que ya cursaron la diplomatura y "hay mucha gente interesada en este curso puente entre la antigua titulación, que eran tres años, ahora tienen la oportunidad de cursar más asignaturas y hacer un Trabajo de Fin de Grado". Se trata en la gran mayoría de los casos de estudiantes que con experiencia laboral, muchos en ejercicio actualmente, y que pueden convalidar parte de la formación con prácticas.

Precisamente la importancia de esa experiencia en laboratorios y talleres es otro de los factores que explican la apuesta por la presencialidad. "A mayores de que desde hace años solo trabajamos con grupos de 10 alumnos, en nuestro caso la mayor parte de las asignaturas son prácticas o, como poco, teórico-prácticas", destaca Álvaro Arizaga, "impartir online la parte teórica tampoco solucionaría mucho, hablamos de restar unas horas al día, en el peor de los casos en horarios discontinuos al horario".

Se ha habilitado un aula virtual para todas las materias "que en realidad ya estaba implementada", pero que se ha multiplicado en los últimos meses. También se dispone de un procedimiento telemático "para en caso de un nuevo confinamiento".

No ha habido positivos ni entre el alumnado ni entre los docentes "pero sí que hubo contactos con personas contagiadas, personas que después dieron negativo en las pruebas pero que tuvieron que cumplir con el confinamiento", indica el jefe de estudios, "y también tenemos el caso de algún alumno que no se siente bien y que preventivamente no viene. Para esos casos estamos habilitando un sistema a fin de que puedan recibir clases".

Al mismo tiempo que se imparte la clase físicamente los alumnos que presenten síntomas o estén confinados pueden seguirla en directo a través de videoconferencia.

Con la vuelta a las clases, también se han reenchufado los equipos de los laboratorios, donde la imagen (con guantes, monos de trabajo, mascarillas, etc.) no difiere mucho de la de antes de la pandemia. Continúan con sus protecciones, antes para proteger los bienes de nuestra cultura y ahora, además, para cuidar a sus restauradores.

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