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El sector del mar, esperanzado mientras preocupa el marisqueo

La lonja de Campelo continúa con el 90% de las ventas paralizadas. Sigue parte del bajón de precios

Trabajadores en una reciente subasta de choco en Campelo.//G. Santos

Tras el freno parcial, el sector del mar recupera actividad y los ánimos de los trabajadores oscilan "entre la sensación de estancamiento (el marisqueo continúa parado) y la esperanza por la recuperación de la actividad", indica el GALP Ría de Pontevedra. Este grupo de acción buscaba conocer cuál fue la evolución durante el confinamiento y contactó con varios representantes del sector de su área de influencia, que constatan datos como que se han incorporado masivamente los protocolos frente al Covid-19 en las lonjas o la progresiva recuperación de los mercados de proximidad.

Por su parte, los precios "se comportan como un hilo de sierra, es un sube y baja continuo. Es cierto que no suben mucho porque no es una época de precios muy excesivos, pero cuando bajan, bajan bastante. El precio del pescado fino, como el lenguado, es muy barato", expone la presidenta de la Cooperativa Mar San Miguel de Marín, Beatriz Vázquez Piedras. Una caída de los precios que los demás representantes también constataron al inicio de la pandemia y que se sigue manteniendo para algunas especies que, por su tamaño y elevado precio, son absorbidas en mayor proporción por la restauración.

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"El precio del pulpo grande bajó mucho porque los particulares no lo quieren y, al estar los restaurantes y la exportación cerrados, queda para la refrigeración. De hecho, estamos vendiendo más caro el pulpo pequeño que el grande, que pegó una bajada de casi dos euros por kilo", apunta el secretario de la cofradía de Bueu, José Barreiro. Además del precio del pescado fino, otra de las cuestiones que más preocupa al sector es el presente y futuro del marisqueo. "La situación es prácticamente igual que al inicio del estado de alarma. El 90% de las ventas de la lonja proceden del marisqueo y no vendemos una almeja desde el 13 de marzo, por lo que tuvimos que solicitar las ayudas por bajada de la productividad", indica la patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez. Esto supone la paralización casi total de la lonja de Campelo que ve limitadas sus ventas al choco y a alguna pieza suelta como bogavante o centolla

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