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Urgen a respetar las medidas de seguridad tras el desborde en varias terrazas

La hostelería se reactivó masivamente, más que el pequeño comercio, según Aempe y Zona Monumental

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Terrazas, compras, gestiones, paseos... así vive Pontevedra la Fase 1 de la desescalada

"Estamos viendo que se cumplen todas las precauciones, incluso con trabajadores que están ya muy bien aleccionados para aconsejar al cliente que utilice geles, mascarillas etc, lo que echamos en falta es mayores precauciones entre los clientes". José María Corujo, presidente de la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa (Aempe) es una de las voces de la patronal que alertaba ayer de los riesgos de rebajar las precauciones tras el desborde vivido en varias terrazas del centro en el primer día de apertura de la hostelería.

Coincide en la percepción con el presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental, Miguel Lago, que lamenta "las imágenes que todo el mundo pudo ver de mesas llenas, personas que no están ligadas por lazos familiares o que no viven juntos compartiendo espacios más reducidos de lo recomendable y sin guardar las distancias de seguridad", una escena que se repitió a lo largo del día en distintas plazas y locales de hostelería.

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Estas imprudencias fueron por lo demás la única nota que destacan los empresarios en una jornada de reactivación en la que los pontevedreses aprovecharon para hacer numerosas compras, gestiones (de nuevo con colas ante las entidades bancarias, que han reducido al mínimo los servicios presenciales) y también cumplir compromisos, especialmente con los más pequeños de la casa. Así, las jugueterías vivieron un día de animación, al igual que numerosas clínicas de fisioterapia o peluquería, que dan salida al tapón de citas de las últimas semanas.

"En hostelería la reactivación incluyó a la gran mayoría, incluso con algunas sorpresas, como algunas cafeterías que no se limitaron a trabajar solo con el autónomo sino que retomó personal del ERTE. En general la decisión de abrir dependió mucho de si disponen o no de terraza", señala José María Corujo.

Por lo que respecta al pequeño comercio, Aempe señala que "la mayoría levantó la valla" y lamenta que no se permita abrir a los establecimientos de más de 400 metros cuadrados. "Varios de nuestros asociados están en esa circunstancia", afirma José María Corujo, "y la medida no nos parece correcta porque precisamente esas superficies permiten una mejor organización durante la fase 1".

Pontevedra se echa a las terrazas

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Aempe destaca que "las medidas relativas a mamparas de seguridad, uso de protectores etc se cumplieron masivamente. Es curioso, en la calle o en las plazas no, ni se mantienen las distancias de seguridad ni se tiene la prudencia de no coincidir demasiadas personas, hay la percepción de que se ha levantado la barrera y conviene insistir en que hay que seguir con precaución".

También en el centro histórico "el porcentaje del comercio que abrió la puerta fue menor que el de la hostelería, que abrió más; el problema es que mucha gente se sienta donde le da la gana, vulnera el número máximo de personas por mesa etc, como constató la hostelería" a medida que avanzaba la tarde del lunes.

Entre los hosteleros que optaron por retrasar la apertura, los propietarios de varias de las terrazas más representativas del centro histórico. Es el caso de Marta González, al frente de La Gramola, en la plaza de Méndez Núñez, y de Pintxo Viño, en A Verdura, una profesional cuya familia ha sido golpeada por el Covid-19 y que reconoce que "veo esas concentraciones ante los locales y la sensación es de una gran impotencia, para nosotros supone una gran carga emocional".

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Apunta a un triple motivo para retrasar la apertura: "el riesgo para los clientes y los trabajadores, el tema económico y la posibilidad de desborde de la situación".

Los aforos que se exigen durante esa fase le limitarían al máximo el número de mesas "de modo que los ingresos no daría ni para pagar la luz", señala la hostelera, que señala como ejemplo que "si se cumpliesen todas las medidas en la terraza del Pintxo Viño podrían estar un máximo de 6 personas".

En mínimos históricos, el sector tampoco quiere arriesgar "sin un borrador con medidas sanitarias claras, es todo confuso y no tenemos nada claro",

Marta González señala en este punto que "no quiero exponer ni a mis clientes ni a los trabajadores ni yo misma. Y tampoco me veía preparada para el desborde de la situación que veía que se avecinaba el lunes. No estoy para abrir y pelearme, ni somos policía ni una organización de caridad"; así que por ahora la previsión de reapertura en junio de sus locales continúa en marcha, "pero habrá que ver cómo evoluciona esta fase" .

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