Un nuevo operativo desplegado esta mañana en O Vao de Arriba culminó con siete nuevos arrestos por el brutal ataque a una patrulla de la Policía Local de Poio hace una semana. Estas detenciones se suman a las diez del pasado viernes, cuando otro despliegue conjunto entre la Guardia Civil y el cuerpo municipal dieron con varios de los participantes en la turba. Las actuaciones han continuado hoy con una nueva incursión en el poblado, donde los siete sospechosos "optaron por entregarse", según informa el Concello poiense. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas actuaciones. La Guardia Civil,no obstante, da ya por concluida la investigación tras estos últimos arrestos.
Los arrestados fueron conducidos a las dependencias de la Guardia Civil. Fuentes del Instituto Armado señalaron que, tras prestar declaración, estas siete personas quedaron en libertad en sede policial a la espera de comparecer ante el juzgado que instruye el caso cuando sean requeridos para ello.Según informan, su participación en los altercados habría sido "secundaria". Al igual que a los otros diez detenidos, internados en la prisión de A Lama, se les investiga por presuntos delitos de atentado contra la autoridad, agresión y daños.
El Concello de Poio se presentará como acusación particular contra los 17 detenidos. Los dos agentes heridos permanecen de baja médica, recuperándose de sus lesiones en sus casas. Afortunadamente, su estado no reviste gravedad.
La turba ocurrió el pasado cuatro de mayo a última hora de la tarde. Una patrulla de la Guardia Civil acudió a O Vao de Arriba tras el aviso del 112 sobre un altercado. Una vez allí, la Benemérita detuvo a un joven que además, era reincidente en el incumplimiento del estado de alarma. Este hecho exaltó los ánimos de los vecinos del poblado, que se enfrentaron a los guardias civiles esgrimiendo palos, piedras e incluso machetes.
La peor parte del brutal ataque se la llevó una patrulla de la Policía Local, sobre la que la turba descargó su ira. Los agentes tuvieron que ser atendidos en Montecelo por magulladuras, cortes y heridas, mientras que el vehículo policial quedó "arrasado, fruto del lanzamiento de piedras y golpes de palos, incluido un tronco de grandes dimensiones", detallan desde el Concello de Poio. El coche presentaba las ventanillas y lunas rotas, y piedras en su interior.
