Las fuertes precipitaciones que se produjeron durante la jornada de ayer en la comarca causaron varias incidencias, así como el anegamiento de varios ríos. Uno de ellos, alfuente del Umia, fue el Follente que se desbordó a su paso por Caldas, anegando la carretera N-640. La Policía Local acudió al lugar para señalizar la zona y cortar el tráfico rodado. La circulación se restableció poco tiempo después.

El río Umia, a su paso por la parroquia vilanovesa de Baión también incrementó su caudal, anegando las fincas de su entorno.

En Ribadumia también hubo pequeñas inundaciones en el paseo fluvial.

Por otra parte, los servicios de Protección Civil de Valga actuaron en diferentes puntos del municipio para mitigar los efectos de la subida del caudal de los ríos Louro y Valga. Esta situación ocasionó el anegamiento e incluso el corte de la circulación en algunas carreteras de carácter local. Concretamente, los lugares que se vieron afectados en el concello de Valga fueron Baño, Fondón y O Forno.

También la insistente lluvia coincidió por la mañana con la pleamar, lo que impidió el normal desagua de las pluviales en Vilagarcía de Arousa. La mezcla de estas aguas con las procedentes del saneamiento resultó una tremenda combinación para los vecinos de la céntrica calle Ramón y Cajal. Se inundaron bajos, establecimientos comerciales y la mitad de la calzada quedó anegada con una mezcla de aguas sucias.

Los efectivos de Protección Civil de Vilagarcía también salieron para resolver otros anegamientos en el puente que comunica el barrio de A Torre y la calle Magnolio.