La Alameda, lugar de reunión, paseos, conversaciones y juegos a lo largo de la historia pontevedresa, iniciará en breve una nueva etapa con la que se pretende devolver a este espacio la "imagen majestuosa y noble" que tenía cuando fue creada por el arquitecto Sesmero, en la segunda mitad del siglo XIX.

La idea ha partido de la concellería de Desenvolvemento Sostible e Medio Natural, que tiene previsto ejecutar un proyecto de mejora paisajística a través de un proyecto diseñado por el servicio municipal de Parques e Xardíns.

Tal y como explica Iván Puentes, las actuaciones iniciales contemplan la incorporación de ejemplares de especies ya existentes y acordes con el paisaje e historia de la Alameda de Pontevedra, como carballos y tilos de hoja pequeña. Estas primeras plantaciones se concentrarán en la zona norte del parque pontevedrés más próxima a la cafetería y la Praza de España, "la más visible y la que presenta más deterioro respecto de la estructura original de alineaciones de arbolado", indica el concejal socialista.

Se realizará a través de una primera inversión cercana a los 18.000 euros, que también incluirá la corrección de la compactación y mal drenaje que presenta buena parte del pavimento actualmente. "Se emplearán ejemplares de un porte elevado de modo que resulten funcionales para el conjunto del parque", añade.

Una de las claves para la recuperación del terreno es la aireación del suelo en el entorno de los árboles, tal y como indica el Concello. Y como todo es una cadena, ha sido el exceso de compactación en el pavimento el que afectó negativamente a la vegetación arbórea. Esta decadencia en los ejemplares que continúan plantados es más acusada en la zona norte, donde el alineado presenta más espacios.

Los técnicos describen, en este sentido, un perjuicio tanto directo, al impedirse un adecuado intercambio gaseoso en las raíces de los árboles, como indirecto, al favorecer la aparición de ciertas patologías, en particular de hongos.

El año 2020 será, tal y como avanza Iván Puentes, clave para la recuperación de la Alameda de Pontevedra, con el fin de conseguir "una imagen más noble y vital". Por ello, se acometerán mejoras en el arbolado de la zona sur, pavimentos, drenajes, bancos e iluminación.

Actualmente, este espacio público solo se utiliza como lugar de paso por los vecinos de Pontevedra y durante las fiestas de A Peregrina y otras organizadas por el gobierno local. Lejos queda su uso como lugar de paseo y encuentro.

Son frecuentes las quejas de los ciudadanos por el mal estado del suelo, con habituales charcos de agua durante el invierno, más acusados en la zona de los jardines de Vincenti y el paseo de As Palmeras, que también forman parte del conjunto.

Derribo de la muralla

El espacio lleva oficialmente el nombre de su artífice, el arquitecto Alejandro Sesmero, autor además de gran parte de los edificios del entorno, y surge con el derribo de la muralla medieval y la necesidad de situar nuevos edificios oficiales con la declaración de Pontevedra como capital de provincia en 1833. Los terrenos pertenecieron a la huerta del Convento de Santo Domingo y al antiguo campo de la feria, hoy transformado en los jardines de Vincenti.

La idea fue concebirla como un vestíbulo ajardinado de la Casa Consistorial en forma de avenida de tierra, delimitada por cinco filas de árboles, entre las que abundan los carballos, alisos y plátanos, con los típicos asientos de piedra y quiosco de la música de planta octogonal.