La ucraniana Verónika lleva viniendo seis años con Ledicia Cativa. "Me gusta todo, aquí se esta muy bien", comenta a sus 13 años. Su padre de acogida, Joaquín, explica que fue la primera vez que acogieron "tenemos dos niños y ya eran más grande, nos apetecía por ellos y por colaborar con alguna asociación que pudiese ser de ayuda". Argumenta que se decantaron por esta opción porque "vienen por motivos de salud. Están afectados por la radiación de Chernobyl y hay estudios que para su esperanza de vida apuntan que les viene muy bien estar dos meses fuera de ese ambiente y con una alimentación mejor ". De sus hijos cuenta que "ya la consideran como hermana y siempre tienen ganas de que venga" y el resto del año hacen Skype y hablan por WhatsApp. Recuerda que al principio fue un poco difícil, "no se saben expresar, aunque viene una monitora bilingüe, al verla a ella mal te preocupas mucho pero luego entre los niños empezaban a jugar y reírse y daba igual que no supiera hablar aún". Destaca que a Verónika le encanta la fruta, el pescado y la verdura, y que por lo que cuenta, la forma de vida allí es muy distinta y los niños son mucho más independientes.