Muchos vecinos de Pontevedra están sintiendo en sus carnes ahora las consecuencias de la revisión catastral que realizó el Gobierno central el pasado año en Pontevedra. Y es que aquella inspección detectó numerosas construcciones auxiliares en el rural (se centró en galpones, garajes y piscinas) que o bien no estaban dados de alta al no estar sujetas a este régimen o su valor catastral fue revisado al alza.

Esas modificaciones realizadas por el catastro fueron trasladadas al concello, que las dio de alta en el padrón del IBI tal y como corresponde, y en estos momentos está a emitir los recibos correspondientes a estos incrementos catastrales. Según confirman desde el propio ayuntamiento, son muchos los vecinos que se han acercado al Concello preguntando por los nuevos recibos que están llegando a sus domicilios. Para aclarar la situación, el Concello ha decidido abrir a partir de hoy en la Casa da Luz una oficina de atención a todos los afectados cuyas propiedades fueron objeto de revisión por parte del Catastro tanto el año pasado como este mismo ejercicio.

Este nuevo consultorio, explica el gobierno local, pretende resolver las dudas de los propietarios que están recibiendo las notificaciones municipales para el cobro del Impuesto de Bienes Inmuebles fruto de la ya citada revisión, y también para proponerles -de ser el caso- la posibilidad de alegar ante el Catastro por las revisiones realizadas.

Horario de atención

La oficina atenderá a partir de hoy a todos los vecinos en horario de tarde, de 16 a 19 horas. Estará abierta los lunes, los miércoles y los jueves hasta el próximo 31 de julio. Las consultas son totalmente gratuitas y el asesoramiento correrá a cargo del propio Concello.

La empresa encargada de este servicio de asesoramiento al ciudadano es Laya, la misma que ya se ocupó de la oficina de información durante la primera fase de la revisión catastral, aquella en la que ya llegaron a las casas de los vecinos pontevedresas cientos de misivas de la dirección general del Catastro avisando de las revisiones.

El origen de esta revisión catastral está en una campaña que inició el Gobierno para incorporar al censo de inmuebles que deben pagar el IBI a todos los inmuebles que no estaban dados de alta, pero especialmente aquellas construcciones auxiliares como galpones o garajes que habitualmente no estaban dados de alta, así como piscinas. Tan solo elementos como los hórreos estaban exentos. En 2016 se publicó la primera relación de municipios por lo que iba a comenzar la revisión catastral y en Pontevedra había 19 concellos, entre ellos Pontevedra. En 2018 comenzaron las revisiones que se realizaron tanto por tierra como por aire, habitualmente con drones. Una empresa contratada por el Catastro peinó el municipio y, según los datos del Ministerio de Haciendo, descubrió algo más de seis mil inmuebles que no estaban dados de alta y medio millón de ampliaciones sin comunicar.

Ya entonces el Concello abrió esta oficina para informar a los afectados dado que en algunos casos había errores y se pudieron tomar como alpendres o garajes elementos que no eran tales, como es el caso de pérgolas o incluso pozos.

Se cree que en Pontevedra el impacto de esta revisión catastral no iba a ser tan elevada como en otros concellos, pues el propio ayuntamiento ya había hecho alguna inspección anteriormente para actualizar el censo. La actualización fue especialmente dura en concellos del rural, ya que por ejemplo en Vilalba, con una población mucho menor que Pontevedra, afloró una cantidad mayor incluso de inmuebles sin dar de alta.