"En estas negociaciones primó desde el primer momento un proyecto único. Nos movía un modelo de gobierno común, trabajamos por un proyecto común que es el bienestar de los vecinos de Poio y creo que lo conseguimos", argumentó el alcalde de Poio, Luciano Sobral (BNG) para explicar la formación del tripartito que le otorga su séptimo mandato, respaldado por los grupos de PSOE y Avante Poio (con la única concejala y exintegrante del BNG Silvia Díaz). Este tripartito constituye -aseguró Sobral en su discurso de toma de posesión- "un proyecto unido, coherente, para seguir trabajando por Poio".

El portavoz del grupo popular, Ángel Moldes, reivindicó su candidatura a alcalde en el pleno constitutivo de la corporación, por ser el líder del grupo mayoritario con ocho concejales, uno menos que los que suman BNG, PSOE y Avante Poio. "Los vecinos de Poio cuando votaron en las últimas elecciones votaron regeneración, cambio ilusión, y esperemos que ese mensaje que enviaron los vecinos de Poio lo represente este nuevo tripartito", dijo Moldes, quien deseó suerte al nuevo ejecutivo: "Esperamos que le vaya bien a este tripartito porque será bueno para todos", si bien añadió que "sería importante que el mensaje que nos enviaron los vecinos de Poio fuera fructífero y real", dijo Moldes.

El voto de la única concejala de Avante Poio y exintegrante del gobierno de Sobral bajo las siglas del BNG, Silvia Díaz, fue determinante para la reelección del alcalde nacionalista. Díaz explicó los objetivos de su formación en este tripartito: "En Avante Poio vamos a centrar nuestros esfuerzos en que en esta nueva etapa tengamos un gobierno y también una oposición constructiva y que trabajemos al servicio de las personas, para conseguir hacer de Poio un concello mejor y sin que ningún interés personal y partidista prime por encima del beneficio colectivo de Poio", dijo, además de reivindicar "un Concello en el que haya tanto diálogo y colaboración como firmeza y donde la voz del pueblo al que representamos sea escuchada, respetada y valorada".

En Poio, la votación para elegir al alcalde se hizo en urna. Hubo dos candidatos: Luciano Sobral (BNG) y Ángel Moldes (PP). Chelo Besada (PSOE) justificó su apoyo a la candidatura del BNG argumentando que "votamos a Luciano Sobral como alcalde porque entendemos que así lo decidieron los vecinos el 26 de mayo" y recordó que las urnas "nos dieron a las tres fuerzas de izquierda que estamos aquí representados unos mil votos más; estas tres fuerzas vamos a dar un nuevo impulso a Poio y vamos a dinamizar aún más a Poio", afirmó.

La anécdota de la sesión se produjo cuando Sobral, al coger la urna con las papeletas, desmontó por completo el cofre de plástico, arrancando las risas del numeroso público que asistió al pleno.