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Los médicos alertan de los problemas para tratar enfermedades antes erradicadas con vacunación

Los movimientos antivacunas, las migraciones y los viajes propician la propagación de virus, como el del sarampión, hasta ahora superados en el área sanitaria -El CHOP celebra que más del 95% de los niños están protegidos

Una madre consulta con su hijo el calendario de vacunación infantil en el centro de salud de A Parda. // Gustavo Santos

La sanidad pública refuerza el trabajo para que la vacunación vaya a más. En el área sanitaria de Pontevedra la protección de los menores en este sentido es elevada, supera el 95 por ciento, pero los profesionales recuerdan que las vacunas son un elemento fundamental para reducir la mortalidad infantil y aumentar la esperanza de vida. Son las responsables de este hecho junto con la potabilización del agua y el saneamiento.

"Sin embargo, hoy en día nos encontramos con dificultades para conseguir coberturas adecuadas y reducir la progresión de enfermedades que se consideraban controladas como el sarampión o la eliminación o erradicación de otras como la polio, que en los últimos años no se ha conseguido", asegura Rusa Fungueiriño, facultativa de Medicina Preventiva del Complexo Hospitalario de Pontevedra, CHOP, y presidenta de la Sociedade Galega de Medicina Preventiva.

El área sanitaria se ha unido en los últimos días de abril a la celebración de la Semana Mundial de la Inmunización.

"En nuestro entorno, que se considera Europa, esas enfermedades que se consideraban controladas, especialmente el sarampión, están experimentando un aumento importante en los últimos meses", alerta la doctora.

Esta situación ha obligado a los países vecinos, como Francia, a considerar la obligatoriedad de las vacunas, algo que hasta ahora no se habían planteado en la población infantil.

En Galicia, y en el resto de España, la vacunación todavía no es obligatoria, aunque sí recomendable. "Se puede exigir en algún entorno como el escolar, porque hay que tener en cuenta que prima siempre el derecho individual a la protección de la salud", recuerda.

Afortunadamente, los movimientos antivacunas todavía son residuales aquí, asegura Rosa Fungueiriño. "Las muertes por este motivo son puntuales. Seguimos manteniendo tasas muy elevadas por encima del 95 por ciento de vacunación en la población infantil, aunque no tanto en la población adulta, que también se considera fundamental. Aunque estos movimientos no son relevantes, nos preocupa porque vemos lo que ocurre en el resto de países de nuestro entorno y es un tema sobre el que tenemos que trabajar", considera.

Migraciones y viajes

Los movimientos migratorios, tanto de los pontevedreses que se van fuera, como de los habitantes de otros países que llegan, también propician la propagación de enfermedades ya superadas en el área sanitaria.

"Mucha población adulta no tiene en cuenta las vacunas a la hora de contratar un viaje y eso es muy relevante, no solo porque podemos adquirir una infección contra la que no estamos vacunados sino porque podemos ser transmisores de la misma en nuestro entorno", advierte la presidenta de la Sociedade Galega de Medicina Preventiva.

"Por otro lado, además, tenemos población inmigrante que puede importar enfermedades que nosotros tenemos controladas y se pueden generar brotes", añade.

El calendario actual de vacunación infantil es gratuito, pero existen más vacunas de las que están incluidas que son recomendables y no están financiadas, son la del rotavirus y la del meningococo B.

Fungueiriño recuerda que hoy día la información científica es "aplastante" a favor de las vacunas. "Puede haber razones culturales o políticas que estén en contra, y que son las que normalmente están detrás de los movimientos antivacunas. A estos colectivos hay que informarles adecuadamente", aconseja.

"Las vacunas tienen riesgos, pero a nivel de coste-efectividad no tienen ningún problema", aclara la facultativa, que incide en que este tipo de colectivos se benefician "de la inmunidad de rebaño", consistente en que el resto de la población está vacunada, "por lo tanto no ven las complicaciones que puede tener la presencia de enfermedades que no llegan a sufrir" por la vacunación ajena.

Otro de los riesgos es que enfermedades que se consideran propias de los niños en los adultos tienen mayor agresividad, en caso de que ese adulto no la pasase durante la infancia. "Por ello se insiste en tener el calendario vacunal al día, las vacunas no son solo para los niños, sino que son para toda la vida", recuerda Fungueiriño.

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