Una psicóloga aseguró ayer en el juicio a José Luis Viéitez, acusado por el "crimen de la desbrozadora", que hace años este le confesó que había tenido un episodio violento con un compañero de trabajo en Barcelona, al que había propinado un golpe en la cabeza con un palo.

A raíz de ello, la profesional le propuso terapia a través de consulta para estudiar si tenía algún tipo de trastorno adaptativo, sin embargo él nunca asistió a dichas sesiones.

Por otro lado, en la cuarta jornada del juicio, testificaron los agentes de la Guardia Civil que analizaron la desbrozadora con la que se cometió el crimen. Informaron de que se encontraba muy mal conservada y que tenía mucho uso. De hecho, añadieron que no contaba con la protección reglamentaria para las cuchillas y que su potencial dañino era obvio.

Hay que recordar que el acusado había asegurado que la máquina era nueva y que apenas la había utilizado.

Por último, en la sesión de ayer una especialista del Instituto Nacional de Toxicología aseguró que tras el análisis de orina y cabello practicado al acusado al día siguiente del crimen detectaron que había tomado algún tipo de medicación, que se podría corresponder con un ansiolítico que se le suministró en dependencias policiales para tranquilizarlo la misma noche de los hechos.

Reconoció que no se pudo determinar el consumo de ansiolíticos ni de droga o alcohol a través de esta analítica.

El juicio contra Viéitez se retoma hoy con la declaración de los médicos forenses.