La Ministra de Defensa, Margarita Robles, protagonizó esta mañana una curiosa estampa en Pontevedra que quizá llamó la atención por lo poco usual que es observar a políticos que se detienen a dialogar con aquellos que están protestando y sosteniendo pancartas en contra los gobiernos de los que forman parte. La ministra se encontró a la entrada de un acto del Partido Socialista en la ciudad del Lérez con grupo de funcionarios del Centro Penitenciario de A Lama que protestaban en el marco del conflicto abierto con los trabajadores de prisiones que reivindican una mejora de sus condiciones laborales y no quiso entrar al acto sin antes acercarse hasta este grupo de trabajadores para conversar con ellos.

Los funcionarios no dudaron en exponerle su situación actual, asegurando a la titular de Defensa que se sienten "desamparados y abandonados por el PSOE". Expusieron brevemente las razones por las que llegaron incluso a convocar varias jornadas de huelga general a finales del pasado año a lo que Robles les respondió que "si hubiera sabido que estaban ustedes aquí hubiera venido un poco más informada" para darles algún tipo de respuesta.

En cualquier caso, Robles aseguró que "no son invisibles" para el Gobierno y tras indicarle un funcionario que "somos la administración que más penosidad soporta", la ministra le respondió que "no hace falta que me lo cuente" tras recordarle a estos trabajadores que ella misma ejerció como secretaria de Estado de Instituciones Penitenciarias. Los funcionarios insistieron en pedirle que el Gobierno "abra una negociación" y la ministra les confirmó que "le voy a transmitir" al ministro de Interior, Grande Marlaska, este mensaje y la problemática de los funcionarios, aunque les adelantó que "me consta que está preocupado por el tema". Los trabajadores pidieron a los socialistas que "cumplan sus promesas de la oposición" y Robles les solicitó a ellos "un poco de tiempo" dado que "comprenderán que solo llevamos siete meses". Los funcionarios agradecieron a la ministra que se hubiera acercado para escucharlos y dialogar con ellos.

Robles tuvo este breve encuentro a la entrada de un acto de partido organizado por el PSdeG en Pontevedra en el que los socialistas defendieron los presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez, también para Galicia al incrementar los fondos en cuestiones de vital importancia como la revalorización de las pensiones o la recuperación de derechos de los cuidadores de dependientes. Unos presupuestos que, recordó, destinan seis mil millones a gasto social, por lo que aseguró que "si alguien dice que quiere a este país" al tiempo que no respalda estos presupuestos, "no está diciendo la verdad". La ministra también remarcó el claro compromiso del Gobierno con Galicia al recordar la firma en diciembre del decreto que autoriza la construcción en Ferrol de las cinco fragatas F110 lo que supone 4.325 millones que servirán para modernizar la Armada y crear riqueza en Ferrol.

La defensa férrea de los derechos de la mujer fue otro de los ejes de las intervenciones. La ministra mostró su "preocupación" por los discursos en contra de las leyes aprobadas para luchar contra la violencia de género. "No quiero volver a aquella España en blanco y negro" y pidió al PP que no saque de las "catacumbas" "a los peores fantasmas del pasado" que ya "nadie quiere esa España en blanco y negro" sino que "queremos una España y Galicia en color". Así, por ejemplo, y tras el protagonismo que tuvo el expresidente Aznar en la convención nacional del PP, recordó que fue Aznar "el presidente de la Guerra de Irak" y de las "armas de destrucción masiva que nunca existieron". También le recordó que, a pesar de sus alusiones constantes a la Constitución, fue él quien escribió en el año 1977 un artículo contra la Carta Magna. Añadió que Pedro Sánchez "es el líder que necesita este país" y criticó la "campaña de acoso" que su ejecutivo sufre por parte de quienes "no nos perdonan que ganáramos la moción de censura" y que no han dado "ni un minuto de tregua". "No van a poder derribarnos", advirtió Margarita Robles quien señaló que el Gobierno "no se va a amedrentar" y seguirá apostando "con humildad y con diálogo" por unos presupuestos que "con el visto bueno de Bruselas" aumentan el gasto social y que se preocupa especialmente "por aquellos que lo han pasado peor con la crisis", elevando el salario mínimo y las pensiones.