A unos 20 metros de la playa de A Osteira destaca una gran piedra de unos doce metros que esconde uno de las más singulares recreaciones de arte rupestre de Galicia. El presidente de la asociación Irmandade Illa de Tambo, Antonio Costa, redescubría recientemente los petroglifos grabados en esta piedra, recreaciones de nuestros antepasados de hace unos 3.000 años en la Edad de Bronce. Una muestra de arte prehistórico con unas características que, en palabras del propios Costa, hacen que los de A Ostreira "sean unos petroglifos singulares en Galicia".

En esta piedra se hayan grandes círculos en la parte de arriba, mientras que uno de los laterales recoge tres animales rodeando un reticulado en cuyo perímetro están grabados otro círculo y una cueva. "Lo novedoso es que de los 112 reticulados que se encontraron en Galicia, la máxima concentración de ellos están en la zona de la ría de Vigo, y el de A Ostreira, sería el más al norte que se encontró en Galicia hasta el momento", indica Costa. Su ubicación lo hace único no solo por su lejanía con el resto de este tipo de representaciones, sino por dónde se realizó el grabado. "Normalmente están en zona de interior como Vincios o Nigrán, pero también en Oia, pero en cualquier caso, siempre en zonas altas y no a 20 metros del mar, como ocurre con este caso. Es el primer petroglifo de estas características que se encuentra tan cerca del mar", explica Costas. Otra de sus singularidades, es que en el resto de reticulados, aparecen solo con cuevas y círculos, pero nunca rodeado de animales, como ocurre con el encontrado en el de Poio.

"El más comparable sería con el de Outeiro de Tartaruga (también en Poio) pero no tiene animales cerca y además su cuadrícula es mucho más grande, como el de una rayuela", indica Costa en referencia al tamaño del resto de retículas, con casillas del tamaño de un escaque de ajedrez. Precisamente su descubridor hace referencia a algunas hipótesis sobre los petroglifos de retículas que apuntan a que pudieron ser usadas para juegos.

"Esta teoría no cuadra en la de A Ostreira, ya que se encuentra en un plano inclinado, no sería posible sostener en él, por ejemplo, alguna ficha", apunta. Cuestionado sobre qué puede ser, reconoce que, aunque difícil, investiga si se trata de alguna recreación de alguna red de la época. "En el arte rupestre gallego faltan peces, una muestra de que le daban más importancia a la caza que al aprovechamiento del mar, sería una gran novedad si se confirma la teoría de la red, pero es una teoría muy arriesgada", señala.

Costa anunció que solicitará a Patrimonio su catalogación para que el Concello y el propietario de la finca cuidasen el petroglifo. En ese aspecto, hizo un llamamiento a que las administraciones se volcasen más la conservación del arte rupestre.