El sector de la construcción, que redujo su actividad en casi un 80 por ciento en la comarca desde que comenzó la crisis según el Instituto Galego de Estatística, comienza a levantar cabeza impulsado, en gran medida, por dos factores: la inversión de capital de particulares en viviendas y los usos turísticos. Es una nueva etapa en Pontevedra y su comarca que está marcada por las rehabilitaciones frente a la nueva construcción. El motivo no es otro que la falta de suelo en el casco urbano y la desordenación urbanística.

"La mayoría de las rehabilitaciones que se hacen hoy día en Pontevedra son para uso privado. Se nota una cierta recuperación en el sector de la construcción. Muy tímida, todavía, porque en otras grandes ciudades es mucho más evidente que aquí. Pero empieza a moverse el sector, lo cual es para felicitarse después de tantos años de parada", asegura Manuel Abilleira, presidente de la Delegación del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia en Pontevedra.

"De momento se nota en lo referido a las rehabilitaciones, mientras que la nueva construcción todavía no demasiado, aunque ya empiezan a verse nuevas promociones en la ciudad", añade.

Sobre todo en el casco histórico del municipio se están rehabilitando muchas viviendas para uso habitacional. "Es un casco viejo muy vivo en ese sentido", celebra Abilleira.

"Con las rehabilitaciones tienes la posibilidad de recuperar inmuebles que están en un estado malo a uno bueno actual y permiten a la gente trasladarse a una zona con una gran calidad de vida como es el casco viejo", destaca.

Especialización

Los arquitectos Gracia Amandi y Jorge de Uña están al frente de Uña+Amandi, un estudio especializado en reforma de vivienda. "Los dos últimos años hemos visto un repunte que nos da esperanzas de cara al futuro, siendo los últimos seis meses especialmente activos con encargos a nivel particular", explican.

"El hecho de estar especializados en reforma de vivienda hace que muchos de los encargos que nos llegan tengan que ver con eso, pero también hemos notado un aumento enorme de las consultas y proyectos relacionados con el sector turístico", puntualizan.

"Para nosotros lo más difícil es luchar contra ciertos prejuicios establecidos sobre técnicas constructivas muy poco recomendables en rehabilitación", indican.

"No es extraño llegar a una preciosa casa tradicional y encontrarte que la han desgraciado añadiendo una estructura de hormigón sin el más mínimo sentido. Hay gente que gasta mucho dinero en estropear sus viviendas", se lamentan.

Dinero sin rentabilidad

Por su parte, Arturo Ramírez, presidente de Grupo Ramírez Construcciones y vicepresidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Pontevedra, Aproin, considera que uno de los motivos de este remonte del sector es el interés de los particulares de invertir dinero. "Tienen dinero con rentabilidad cero y prefieren destinarlo a vivienda, para habitarla ellos o para alquilarla", asevera.

Asimismo, aclara que la rehabilitación es la opción más habitual por "la falta de suelo y la falta de ordenación urbanística" que permitiría decantarse por la nueva construcción.

"Nos gustaría invertir en el casco urbano, y a la gente también le gustaría, pero no lo hacemos por la incertidumbre que esto supone ya que no hay suficiente regulación", reconoce.

Construcciones Ramírez cuenta ahora mismo con la rehabilitación de un edificio en la calle Oliva.

"Son un tipo de obras sujetas a muchos condicionantes. Antes de poder llevarlas a cabo hay que resolver muchos trámites y cumplir muchas normativas. Tienen la problemática añadida de los permisos y mucha gente no se anima a embarcarse en ellas por las licencias", afirma.

El constructor subraya que una rehabilitación supone que surjan "muchas cuestiones que no se darían en el caso de hacer una vivienda de cero, como el tema de las plazas de garaje".

Además, es mucho más difícil acotar un presupuesto "porque en este tipo de obras siempre aparecen sorpresas". "Es mucha la incertidumbre acerca de los permisos, los plazos de ejecución y la cuestión económica", resume.

En este punto coincide con el presidente del COAG de Pontevedra. "Una rehabilitación siempre es más cara que una obra nueva porque hay partidas como las demoliciones o los vaciados que no existen en la segunda. Además, hay que acomodarse al espacio que hay. Para un arquitecto es un reto más interesante y si se hace bien puede ser un trabajo magnífico", dice Abilleira.

Los trámites administrativos son una traba importante. "El factor tiempo es fundamental en cualquier sector de inversión como este. Necesitamos agilizar esos trámites previamente y durante la obra", concreta.

Esta problemática centró, de hecho, una reunión entre representantes del COAG de Pontevedra y la Concellería de Urbanismo.