Más espacios para actividades deportivas en un complejo totalmente renovado, luminoso y en el que tendrán entrada las nuevas tecnologías. Así serán las nuevas piscinas de Campolongo, que sufrirán un proceso de "remodelación total" para convertirse en un centro propio "del siglo XXI" y que permitirá subsanar las carencias que presentaba ahora mismo después de 24 años de uso de la instalación.

Los detalles del proyecto se presentaron ayer en el Concello de Pontevedra después de la firma del contrato para la reforma y gestión de las piscinas por parte del Gobierno local y la empresa Serviocio-Beone, adjudicataria de la concesión para los próximos 20 años. Un periodo en el que se prevé una inversión de unos 34 millones de euros en las instalaciones, empezando por los 4,2 millones que costarán estas obras.

Según explicó Gonzalo Angueira, responsable de Expansión de Serviocio, esta "transformación total" del centro se guiará en función de dos premisas básicas: la sostenibilidad ambiental de la instalación y la incorporación de las nuevas tecnologías. En este sentido, se destacó que la conectividad entre el usuario (y su teléfono móvil) y las instalaciones del centro será una de las novedades.

Esta remodelación también permitirá ganar espacio. Tan solo queda como está la lámina de agua que ya existe actualmente. Así, se ampliará la superficie construida que pasará de 3.800 a 5.700 metros cuadrados y se duplicará el espacio disponible para actividades en seco pasando de los 700 metros cuadrados actuales a los 1.600.

Se gana espacio en la planta baja, abriendo el edificio hacia el paseo que está al lado de la iglesia, por donde tendrá su entrada el complejo deportivo. También se crea una especie de segunda planta al lado de las pistas deportivas, que continuarán en el lugar actual.

A mayor espacio, más servicios y actividades que ofertará la concesionaria en este complejo. Está previsto que se incorporen ofertas como una ludoteca y el área de fisioterapia contará también con nutrición. Habrá más salas para fitness y actividades deportivas que pasan de 4 a un total de 9.

Para acometer unas obras de tal envergadura será necesario el cierre total de la piscina. Ni el Concello de ni la concesionaria pueden todavía apuntar una fecha en el calendario, dado que están pendientes todavía de la redacción y aprobación del proyecto. No obstante, los usuarios se pueden hacer una idea dado que todos señalaron que lo normal es cerrarla cuando la actividad es menor y esto ocurre entre los meses de abril y septiembre. El objetivo es no cerrar los seis meses de plazo máximo, sino acabar las obras lo antes posible.