La red de saneamiento ya esta en servicio en diversas zonas del rural y su conexión es obligatoria para los vecinos siempre que ese enlace sea posible. Aunque es la principal demanda de los residentes, muchos finalmente desisten del enganche cuando descubren que la obra para realizar la conexión domiciliaria la debe sufragar el abonado. No obstante, el Concello sí cobra la tasa, lo que ha generado protestas y conflictos en el pasado.

Esta obligación no existe para la red de agua, un servicio que muchos vecinos del rural suplen con traídas colectivas o pozos particulares. Sin embargo, el Concello no descarta que en el futuro, cuando se extienda la red municipal por las parroquias, se establezca esa obligación, entre otras razones para amortizar los 30 millones de euros que se invertirán al efecto en los próximos tres años.

Esta futura red de abastecimiento se centrará en la orilla izquierda del río, en concreto en las parroquias de Bora, con una inversión prevista de 4,9 millones, Mourente (6,3 millones, que incluyen la dotación referida al futuro hospital único), Marcón (se superan los nueve, aunque dos de ellos son para un depósito en Valadares), Tomeza (dos), Salcedo (4,9) y Lourizán, donde se emplearían unos tres millones de euros.

El tercer capítulo de mejoras, por importe de 2.378.000 euros, incluye la impermeabilización de la estación potabilizadora de Lérez, nuevos motores en la planta de bombeo de Monte Porreiro, y la mejora de los servicios en las calles Echegaray y Rúa da Porta Grande (A Parda).