-El curso que se imparte hasta mañana en la UNED aborda también la problemática de la integración de la inmigración en España. ¿Qué papel juegan estas personas en la economía del país?
-Nos empeñamos en decir que vienen a quitarnos el trabajo, cuando la realidad es que ellos aceptan los puestos peor pagados y aquellas tareas menos cualificadas y, por tanto peor pagadas. Hay que tener en cuenta que la tasa de natalidad en España va en descenso y no voy a decir que necesitamos a los inmigrantes para poder continuar con nuestro sistema de pensiones, pero sí es cierto que son un sector de población que viene a compensar nuestro crecimiento vegetativo.
-Esto no es una situación exclusiva de España
-No, es común a toda Europa, por eso sorprende comprobar que sus políticas de integración sean tan selectivas porque es cierto que Europa en general no tiene tantos reparos en acoger inmigración de alta cualificación, como la que proviene de Estados Unidos.
-¿Hay diferencia de género en el movimiento migratorio actual?
-Curiosamente no. A principios del siglo pasado quienes emigraban mayoritariamente eran los hombres. Los estudios que barajamos en la actualidad confirman que hay una equiparación casi total entre los hombres y las mujeres que emigran.
-¿Qué otros aspectos aborda este curso?
-Se pretende ofrecer una visión internacional y multidisciplinar de la migración en nuestros días, abarcando la problemática de los movimientos migratorios tanto para inmigrantes como emigrantes, incluidos aquellos con voluntad de retorno. Se abordará la importancia de las políticas de integración de los migrantes, por ser un segmento de la población que con frecuencia se encuentra en situación de vulnerabilidad.
-¿Estamos en el momento histórico de mayores migraciones?
-En términos numéricos es posible. Hoy la población mundial es mayor y eso contribuye a que sean más las personas que van y vienen generando un importante flujo migratorio.'
