Hace tres años, en 2015, entró en la política municipal como concejal, en el tercer puesto de la candidatura de Jacobo Moreira. Ahora, sustituye al aún portavoz municipal al frente del PP local tras ser elegido por aclamación. Pero su objetivo va más allá y asegura que "mi idea es ser alcalde dentro de once meses". El médico Rafael Domínguez encabeza el quinto proyecto del PP en veinte años frente al alcalde, el nacionalista Miguel Fernández Lores.

-Anunció su candidatura a principios de junio, pero ¿desde cuándo tenía tomada la decisión?

-Sinceramente, quince días antes de anunciarlo tomé la decisión final. Lo vine pensando desde hacía meses la idea de que el partido tenía que tomar otra deriva, había cosas que mejorar, que no se estaban haciendo bien. Lo estuve pensado desde después del verano de 2017. Tuve conversaciones con todo el mundo y la decisión definitiva la tomé quince días antes, después de hacer una consulta con la familia.

-Pide otra deriva para el partido en el municipio. ¿En qué fallaba?

-La mayor crítica que puedo hacer es que faltaba actividad dentro del partido, que volviésemos a comunicarnos con los afiliados, con nuestros simpatizantes en las parroquias.

-¿Es ahí donde centrará los cambios?

-Sobre todo en la comunicación y el diálogo con los afiliados. Vamos a llamar a todos para que vengan a una reunión, a conocerme, a hablar y a decirme todo lo bueno y lo malo. Quiero llenar el partido de actividades, de Novas Xeracións, de derecho, economía, de temas que puedan interesar en Pontevedra. El partido tiene que tener mucha más vida.

-Durante meses surgieron varios nombres para optar a la Alcaldía, pero nunca el suyo y solo usted da el paso. ¿Se presenta porque no había nadie más para ello? ¿Se lo sugirió el partido?

-No, en absoluto. Tomé la decisión yo. Otros nombres, encuestas? En esas cosas no puedo entrar. No sé lo que pensó el partido. Sé lo que pensé yo. Cuando tomé la decisión hablé con los responsables y me dijeron que adelante. No sé si había otras opciones, pero en absoluto me considero segundo plato.

-¿Ni tampoco un candidato de transición, a la espera de que Lores diga adiós?

-No. Yo no vengo para once meses. Vengo para hacer un proyecto estable, un Partido Popular muy fuerte a nivel local, para incrementar las estructuras, y luego el partido es el que irá diciendo año a año o a medio plazo si considera que mi trabajo es el adecuado o no. Estamos todos en un continuo examen, yo incluido, pero no vengo para estar aquí unos meses y luego irme. Yo vengo para quedarme.

-¿Cómo afronta esta batalla contra un alcalde que ya dejó atrás a cuatro cabezas de lista del PP?

-Mi idea es ser alcalde en once meses. Y lo digo de verdad. Las sensaciones que he recibido en estas últimas de los afiliados, simpatizantes e incluso gente de otros partidos que me paran por la calle y me dicen: "por fin, te vamos a votar porque creemos que eres una alternativa a un proyecto que ya está agotado". Esa sensación cada vez se refuerza más, aunque reconozco que es una plaza difícil de lidiar. No lo voy a negar. Lores lleva mucho tiempo y no es fácil, pero recibo mejores sensaciones de las que podía esperar.

-¿Cómo ve a los demás partidos?

-Aún no están todos los candidatos designados y en unas elecciones locales el cabeza de lista es determinante. El BNG tiene muchos votos con Lores pero no en otros comicios. La encuesta definitiva será el día de las elecciones, en 2019.

-¿Cree que será un duelo Domínguez-Lores, sin otros implicados?.

-Sinceramente, a día de hoy, solo veo dos posibilidades creíbles para escoger en Pontevedra: el modelo de Lores, que veo agotado, y nuestro modelo, que llega con mucha fuerza e ilusión.