La adhesión de Pontevedra al plan autonómico de transporte metropolitano, junto con la renta social municipal, ha sido objeto de fricciones entre Marea y el BNG en el Concello por el retraso que acumula, pese a que fue objeto de un pacto presupuestario entre ambas formaciones a finales de 2016.

Recientemente Marea criticó al gobierno local y su concejala Carmen Moreira llegó a apuntar que el Concello "no quiere" sumarse a ese plan de autobuses, para el que se habían reservado más de 200.000 euros, pero del que se retiró hace unos días una parte para otros fines.

Desde el gobierno local fue el propio alcalde, Miguel Fernández Lores, el que replicaba a Marea al asegurar que "si llegaron a un acuerdo es porque tenemos voluntad de cumplirlo" y en el caso del transporte atribuyó el retraso a que "desde la Xunta aún no nos han enviado nada". El martes se despejará esa incógnita.