La aplicación del sistema de compostaje "sigue adelante". Así lo aseguró ayer el gobierno local pese a la polémica surgida en las últimas semanas sobre la ubicación de los composteros comunitarios y el retraso que acumula la implantación de este modelo de tratamiento de basuras en todo el municipio. Y como prueba de esa voluntad, el Concello acaba de aprobar el "programa temporal de compostaje 2018-2020" y ultima la compra de 8.000 unidades individuales para su reparto progresivo, por todas las viviendas unifamiliares con huerta o jardín.

En este último caso se maneja un presupuesto de unos 842.000 euros (a razón de 105 euros como máximo por compostero) y cinco empresas han formulado sus ofertas para suministrar los elementos durante los próximos dos años. Tras el reparto progresivo se darán charlas a cada usuario sobre el funcionamiento y se hará un seguimiento para evaluar el sistema y corregir las anomalías que se detecten.

Es aquí donde entra en juego el plan 2018-2020, que indica que el próximo año podría ser el del inicio de mayor actividad de este proceso, después de dos años de titubeos al respecto. Para ello se decidió la contratación de tres técnicos auxiliares de gestión de residuos y un técnico superior de gestión de residuos municipales, por un periodo inicial de tres años, que podría ampliarse en doce meses más.

Se ha establecido el límite de 2020 porque ese año es el fijado para cumplir la normativa legal que obliga a que se alcance al menos un 50% de reciclaje de "residuos domésticos y comerciales destinados a la preparación para la reutilización y el reciclado para las fracciones de papel, metales, vidrio, plástico, biorresiduos u otras fracciones reciclables".

Por fases

Este plan plantea varias fases de actuación, empezando por la toma de datos y definición de las acciones y continuando con la de "comunicación y concienciación". En ellas aún se trabaja, si bien la segunda todavía debe intensificarse, a la vista del escaso resultado hasta ahora. De hecho, la "falta de información" es una de las quejas de los vecinos de Monte Porreiro que se organizaron contra las ubicaciones elegidas para estos centros y cuestionan el funcionamiento de los tres ya existentes.

Una vez completadas esas dos etapas llegaría la del "despliegue de medios", un proceso que ya se quiso llevar a cabo en Monte Porreiro pero que está paralizado por el desacuerdo vecinal. Se anunció hace tiempo para Campolongo pero aún no se ha efectuado. En esta fase se distribuirían los composteros individuales, sobre todo en el rural y las viviendas unifamiliares de la zona urbana y periubana, y la instalación de centros de compostaje comunitarios en el ámbito periurbano.

Pero además habrá que instalar contenedores específicos de materia orgánica "en las zonas susceptibles de esa recogida, fundamentalmente áreas altamente pobladas de la malla urbana y sin opciones para el compostaje comunitario. A ello habría que añadir la elaboración de rutas de recogida y transporte, aún sin definir.

Tras esta instalación de composteros habrá que poner en marcha la denominada etapa de "supervisión y control del grado de implantación", con el fin de comprobar el cumplimiento del programa.