El pasado domingo Víctor Pereira vivió uno de los momentos más duros de su vida. El fuego rodeó las instalaciones de su medio de vida, Hípica Amazonas, en el que albergan a 117 caballos. Tres de ellos, tres yeguas, huyeron despavoridas con el fuego. Fueron unas horas angustiosas que terminaron con la aparición de los animales en la zona de Barbudo cercana a un pozo, pero en un delicado estado, con graves quemaduras en varias partes de sus cuerpos, incluidos los ojos y las mamas.

"Fue una gran impotencia. La gente quería ayudar, pero no podían llegar hasta aquí porque las carreteras estaban cortadas. Éramos siete personas atendiendo a más de un centenar de animales", recuerda todavía conmovido Víctor Pereira.

Ahora las yeguas, "alguna hasta se ha vuelto más cariñosa y te sigue continuamente", reclaman toda la atención para recuperarse cuanto antes. Todas las manos son pocas para cuidarlas. Precisan cremas específicas que les curen las heridas, ya que en algunas zonas tienen la piel en carne viva. Asimismo, es necesario aplicarles un inhalador cada media hora. Cada uno cuesta unos 70 euros, de ahí que se haya procedido a realizar una colecta para poder asumir este elevado gasto extra.