Las fiestas en honor a la Virgen de los Dolores terminaron en Ponte Caldelas con la singular procesión nocturna de las antorchas en la parroquia de A Insua.

El acto, en el que mezclan religión y tradición cultural, es uno de los más arraigados en el municipio. Los vecinos pasan varios días elaborando las alfombras florales que engalanan el recorrido de la procesión, que sale del atrio de la iglesia y pasa por caminos estrechos para terminar en una fuerte pendiente que conduce a la plaza central de la parroquia.

La procesión transcurre iluminada por las pequeñas antorchas que portan los participantes y los que se colocan en los muros y casas, adornadas para la ocasión.

Además, este año se elaboraron hermosos tapices que se mostraron en el atrio con las patronas de cada uno de los cuatro lugares de la parroquia de A Insua.