El Plan de Emergencias Municipal, un documento de 2007 que describe los principales peligros que pueden amenazar la ciudad y que describe los protocolos de actuación al respecto, será actualizado para adaptarse a la realidad actual del municipio, según acordó ayer el pleno de la corporación, después de una década sin ser revisado.

Este acuerdo se adopta en medio de la consternación por la tragedia de los incendios forestales de Portugal, con más de sesenta fallecidos, y en vísperas de que hoy martes se lleve a cabo un simulacro de accidente ferroviario en la estación del ferrocarril.

La adaptación del PEMU fue planteada en la sesión de ayer por la concejala María Rey (Ciudadanos), alegando que "desde 2007, la ciudad ha cambiado mucho" y fue asumida de inmediato por el resto de grupos de la oposición.

El gobierno local explicó que los técnicos municipales ya trabajan en la actualización, por lo que finalmente se llegó a un acuerdo para que Policía Local y Bomberos trabajen al unísono en la revisión del documento. Se evita así contratar a una empresa externa, como planteaba inicialmente la oposición "ya que son los servicios municipales de emergencia los que saben de qué va el rollo", expuso gráficamente el alcalde, Miguel Fernández Lores.

Posibles riesgos

Según los autores del protocolo de actuación elaborado en 2007, los principales riesgos de la ciudad son las lluvias intensas, los incendios y los accidentes de vehículos encargados de transportar mercancías peligrosas. Al respecto, la concejala de Seguridade Cidadá, Carmen da Silva, detalló que "los riesgos de 2007 son los mismos que están ahora" y citó expresamente el Puerto, el complejo industrial de Lourizán, las estaciones de servicio, así como las grandes redes viarias. No obstante, en los últimos años los principales riesgos vividos en el municipio se han derivado del fuego, con el que arrasó el convento de San Francisco en junio de 1995, la oleada de incendios forestales de 2006,, o más recientemente, la estación de servicio de Placeres, en marzo de 2015, o el inmueble de La Moda Ideal, en plena Ferrería, en enero de 2106.

Precisamente los incendios forestales fueron ayer foco de atención en el pleno no solo por la tragedia de Portugal, sino por una propuesta del PP para que el Concello sancione las fincas privadas susceptibles de generar un fuego. El gobierno local y la mayor parte de los demás grupos reprocharon al PP que formule esta iniciativa "a las puertas del verano y sin que la Xunta haya aprobado el plan autonómico (Pladiga) y tratando de traspasar a los concellos una tarea del gobierno gallego".

Tres niveles

Según el PEMU municipal, las emergencias se dividen en tres niveles (verde, ámbar y rojo) en función de su gravedad, si bien la oposición recordó ayer que "los ciudadanos no conocen su contenido y es necesario divulgarlo". Así lo indicaron Carmen Moreira (Marea Pontevedra) y la propia María Rey, mientras que José Luis Martín, del PP, señaló que "únicamente se adoptan medidas parciales, como simulacros en colegios y facultades", por lo que abogó por medidas más extensas.

Por su parte, Tanto Rey como el socialista Iván Puentes, apuntaron al casco histórico como uno de los puntos más "vulnerables" en caso de un incendio, si bien Da Silva aclaró que desde 2007 hasta ahora "han mejorado los medios para actuar ahí", con vehículos adaptados a sus calles. También apuntó que "hay reuniones con el 112 para coordinar las actuaciones y comuniquen las emergencias a la Policía Local o a los Bomberos, no al alcalde".